Calzarse las zapatillas para salir a correr o para ir al gimnasio, en ocasiones puede dar bastante pereza y hacer que ponerse en marcha realmente suponga un esfuerzo. Las bajas temperaturas o el excesivo calor, la lluvia, el cansancio, la desgana… Si tus fuerzas flaquean, ¡tira de estos consejos para motivarte cuando entrenar no apetece!
Aunque disfrutes haciendo deporte y te sientas fenomenal después de practicar ejercicio físico, a veces la pereza hace acto de presencia y la tentación de dejar el entreno para otro día es algo que se impone y a lo que resulta difícil resistirse. Encontrar cualquier excusa para quedarse en casa bien a gusto, o para cambiar el entreno por otro plan más apetecible, es sencillo y en estos casos, solo puede ayudarte contar con una motivación suficiente, que te recuerde que haces ejercicio porque quieres y porque te reporta multitud de beneficios.
¿Qué hacer para motivarte y no saltarte el entrenamiento?
Pensamientos positivos y algún pequeño truco es lo que necesitas para animarte a entrenar cuando no tienes demasiadas ganas. Prueba a poner en práctica alguno de estos trucos tan sencillos como eficaces:
Recupera tus objetivos
Perder los kilos ganados en vacaciones, lograr un espléndido six pack, aumentar tu resistencia en carrera o la potencia de tus músculos… sea cual sea tu objetivo, visualizar esa meta que te has propuesto renovará tu determinación de entrenar aunque te cueste dar el primer paso.
Piensa en cómo te vas a sentir después del entreno
Vas a liberar estrés acumulado en la jornada de trabajo o, tal vez a empezar el día de la mejor manera posible, te vas a sentir más ágil y ligera… Todo son ventajas ¡merece la pena entrenar antes o después de trabajar o estudiar!
Toma algún alimento que te proporcione energía extra
A veces, un buen desayuno equilibrado o un tentempié saludable antes de entrenar es todo lo que necesitas para que tu estado de ánimo cambie, la desgana desaparezca y te sientas motivada para empezar ese entreno que pensabas posponer.
Prepara tu equipo
Aunque parezca una tontería no lo es, porque preparar tu bolsa de deporte no supone ningún trabajo y no te obliga a nada pero… ahí está tu mochila esperándote y recordándote que, en realidad, sí que quieres ir a entrenar. Es solo un primer paso, pero se trata de un acto voluntario que, quizá, sea el empujón que necesitas para ponerte en marcha.
Cambia tu rutina
En ocasiones, más que desgana se trata de aburrimiento. Si tu sesión de entrenamiento ya no te motiva, puede ser que necesites nuevos retos con un cambio de rutina de entrenamiento. Si te da pereza salir a correr, porque te sabes el camino de memoria, anímate a hacer un nuevo recorrido y si los ejercicios y repeticiones del gym te resultan pesados y monótonos, puede que sea el momento de probar esa máquina con la que nunca antes has trabajado. Proponerte una meta diferente a corto plazo es un excelente remedio para encontrar motivación para ese día en el que no te apetece entrenar.
En compañía
Correr en grupo, participar en clases colectivas que pueden ser muy amenas, por ejemplo, Body Balance, Spinning, Zumba… o simplemente acudir con tu pareja o amigos a hacer tu rutina habitual en el gimnasio es una manera de hacer ejercicio que cuenta con motivación extra. ¿Tienes algún compañero/a de entreno? Pues una llamada de teléfono puede ser la solución para vencer la pereza.
Gadgets
La tecnología también se pone de tu parte para ayudar a motivarte cuando no tienes ganas de entrenar. Puede que lo que te venga genial sea escuchar, en tus auriculares deportivos, una música con la que te vengas arriba y salgas a correr como nunca. También, descubrir y probar las múltiples aplicaciones de una pulsera de actividad o de un smartwatch, puede ser el estímulo que necesitas para animarte a entrenar aunque, en un principio, el plan no te resultase demasiado atractivo. Si quieres, además, tienes apps que funcionan casi como un entrenador personal, marcando tus rutinas y dándote, incluso, los ánimos que necesitas para llevarla a cabo. ¿Quién dijo pereza?