Desayunas saludablemente, vas al trabajo y comes sano también. Sin embargo, al llegar a casa por la noche, después de todo el día fuera, no puedes evitar caer en la tentación los dulces.
¿Por qué ocurre esto?
Los antojos nocturnos pueden darse por 2 causas principales:
- Una pobre alimentación durante el día.
- Por puro placer de comerlos
Para eliminarlos tendremos que tratar ambas causas y aquí tienes todo lo que necesitas saber.
Cambios en tu dieta
- Lo mejor que puedes hacer para detener a estos antojos es comer más a menudo. Asegúrate de comer pequeñas comidas o snacks para que nunca te sientas muy hambriento. De esta forma es mucho más difícil que la tentación pueda contigo.
Para esto es necesario que lleves contigo pequeños snacks siempre preparados que pueden ser tan sencillos como una manzana y un puñado de frutos secos. - Prepara una rica cena de proteínas y verduras. Las proteínas saludables te mantienen saciado durante mucho tiempo. Por su parte, la fibra de las verduras provoca una sensación de saciedad perfecta para sentirte satisfecho después de la cena y no necesitar ningún antojo para completarla.
Puedes ver miles de recetas saludables aquí. - Disminuye la cantidad de carbohidratos simples que consumes. La gran mayoría de hidratos de carbono simples provocan un aumento rápido en la insulina seguido de una caída que puede provocar cansancio y hambre de nuevo. Trata de sustituir estos alimentos por carbohidratos complejos como el arroz integral, las legumbres, etc.
- Bebe agua. Muchas veces confundimos hambre con sed. Por ello, es importante que bebas abundante agua durante el día.
Además, cuando aparezca un antojo determinado puedes beber un buen vaso de agua porque así engañarás a tu cuerpo, que se sentirá lleno sin haber caído en la tentación.
Cambios en tu estilo de vida
- Duérmete más temprano. Muchas veces estos antojos aparecen porque nos quedamos viendo la televisión o trabajando hasta muy tarde. En esos momentos, estamos muy cansados y nuestra motivación es muy baja, por lo que es muy fácil caer en la tentación de los antojos.
Trata de evitar esos momentos de debilidad acostándote más temprano. Para ello, evita pantallas de televisión o móvil al menos 1 hora antes de ir a la cama. - Inmediatamente después de cenar, lávate los dientes. Ya no se trata sólo de una cuestión de salud pero desde nuestro punto de vista, cuando refrescas la boca muchas veces la tentación se hace mucho más pequeña o incluso desaparece.
- Distráete. Muchas veces el antojo se da por una costumbre del pasado, como por ejemplo, comer siempre una pequeña onza de chocolate después de la cena. En estos casos, es muy útil la técnica de distraerse, sencillamente. Puede consistir en hablar con tu pareja, leer algún libro interesante, hacer algo de yoga, escuchar un poco de música relajante, etc.
- Escríbelos y también su causa. Está comprobado que escribir de forma pausada y tranquila afecta a nuestro estado de ánimo. Así que, cuando notes esas ganas de permitirte un capricho innecesario, hazte con una libreta y escribe el alimento que deseas y por qué crees que lo quieres en ese momento. El simple hecho de escribirlo calmará tu ansiedad y tus ganas del antojo.
Si tus antojos son esporádicos y no afectan a tu físico o a tu salud estos consejos te ayudarán a remediarlos en gran medida.
Si, por el contrario, estos ataques de comida están interfiriendo con tu forma física y tu salud, puedes leer más aquí sobre cómo puedes adelgazar saludablemente y sin antojos.