¿No sabes nadar? Consejos para iniciarte en la natación desde cero

Saber nadar es imprescindible para todas las personas, y nunca es tarde para empezar. Si se comienza desde niño a practicar este deporte, la evolución será más armoniosa y sencilla. Pero si, por el contrario, esta etapa de aprendizaje de la natación ha sido desplazada hacia la edad adulta, puede resultar algo intimidante, ya que se es más consciente de los peligros y se han perdido ciertas habilidades innatas en la infancia.

Como se ha comentado anteriormente, nunca es tarde para aprender, y nunca se sabe cuándo será necesario poner en práctica estas habilidades. Es mejor no confiarse y buscar una solución. Para ello los expertos siempre aconsejan acudir a un monitor profesional que posea el conocimiento suficiente, tanto para poder enseñar al usuario a nadar, como para gestionar los posibles momentos de estrés que puedan producirse a lo largo de esta etapa.

Si bien la natación es un deporte ideal para todas las edades, existen diferentes niveles de aprendizaje, que irán en función de los conocimientos previos que tenga el alumno. Hay personas que, aunque no conocen los diferentes estilos saben flotar y desplazarse por el agua con cierta autonomía, en cambio existen otros que no poseen ninguna habilidad acuática, por lo que no son capaces ni de desplazarse ni de mantenerse a flote.

Recomendaciones básicas para aprender a nadar sin sufrir

Antes de comenzar, lo primero es identificar en qué nivel se encuentra el usuario para poder planificar todo el proceso de manera segura y escalonada. Aquí tienes algunos consejos prácticos para iniciarte en la natación desde cero:

1) Perder el miedo

Aunque parezca un consejo obvio, es un paso fundamental para tirarse a la piscina y aprender a nadar poco a poco. La mayoría de las personas presentan mucho miedo a la hora de aprender a nadar, pues se obsesionan con que pueden ahogarse. Lo que ellos no saben es que la única forma de prevenir un ahogamiento es aprender a nadar sin miedo.

En ocasiones los usuarios comienzan a agobiarse cuando deben enfrentarse a una situación más compleja en el agua. Si el cuerpo empieza a cansarse lo mejor es poner en práctica la técnica de flotar y esperar tranquilamente a que el organismo se recupere, de esta manera se conservará mejor la calma. Además, es necesario buscar un centro y un monitor con el que se conecte desde la primera clase de natación y se consiga adquirir una buena relación.

2) Contar con el equipamiento y los accesorios adecuados

Antes de comenzar las clases, es necesario conseguir los accesorios necesarios para nadar. Para aprender a nadar no vale utilizar cualquier bañador, debe ser especial para practicar natación, ya que estos deben ajustarse bien al cuerpo y ser ergonómicos, tal y como ya explicamos en este artículo. Lo mismo ocurre con las gafas de natación, para no frustrarse durante las actividades acuáticas es aconsejable elegir unas que se adapten adecuadamente a la fisonomía facial de cada persona.

3) Aprender a flotar

En el agua lo primero es aprender a flotar, pues eso es lo que te dará confianza. Para ello se comienza sujetándose con los brazos al bordillo y dejando que las piernas floten. Una vez se haya desarrollado esta habilidad se comenzará a practicar con el tronco superior, hasta que se consiga del todo.

Esta técnica es primordial, pues gracias a ella, te sentirás cómodo de estar en el agua y no entrarás en pánico una vez la manejes.

4) Aprender a respirar

La técnica de inhalar fuera del agua y exhalar una vez se esté dentro es primordial adquirirla, dado que es la que permite nadar con mayor libertad. Para algunas personas puede resultar algo compleja, dado que instintivamente inhala dentro del agua. Para ellos existen unas pinzas nasales que les permitirá realizar el trabajo respiratorio por la boca, para que así no les entre agua por la nariz.

La clave para aprender a nadar está en mantener la calma y confiar en el monitor que esté impartiendo la lección. ¡Pronto lo conseguirás!