Para aprovechar de la mejor manera los aportes energéticos de los alimentos que consumimos, lo mejor es repartir adecuadamente los nutrientes durante el día. En la mañana el cuerpo necesita energía para empezar el día, por lo que es conveniente que el desayuno sea rico en vitaminas, proteínas e hidratos. En el almuerzo se puede le puede bajar a las proteínas, pero subirle un poco a las calorías, que te sirvan para aguantar el resto de la jornada. Para cenar escoge siempre algo ligero, como frutas y ensaladas. Recuerda que a esa hora ya no necesitas tantas energías, por lo que puedes reducir las grasas, proteínas y calorías.