4 ejercicios para aprender a respirar en Pilates

Cómo respirar para hacer Pilates



Inspirar y expirar es algo que hacemos de manera natural, sin pensar en ello, pero respirar correctamente es más que un acto espontáneo esencial para la vida. Fíjate en estos ejercicios para aprender a respirar en Pilates y comprueba cómo la respiración, consciente y profunda, mejora tu salud física y psíquica.

¿Por qué es tan importante la respiración en Pilates?

Cada vez son más las personas que practican Pilates y experimentan los beneficios de esta gimnasia pensada para cuidar el cuerpo y la mente. La técnica de Pilates consiste en realizar una serie de movimientos pausados de mayor o menor intensidad con los que fortalecer los músculos y ganar flexibilidad. Tonificar todos los grupos musculares, en especial el core, y eliminar el estrés es objetivo básico del Pilates en la que la que el control de la respiración juega un papel determinante.

prender a respirar en Pilates es esencial, tanto para principiantes como para aquellos que quieren sacar máximo partido a cada una de las sesiones. Inhalar y exhalar en Pilates debe realizarse llenando de oxígeno los pulmones en toda su capacidad mientras se expanden las costillas y entran en funcionamiento los músculos que se encargan de “abrir” la caja torácica, es tan importante como los ejercicios en sí mismos.

En Pilates controlar la respiración es ya un primer ejercicio. La respiración es siempre profunda y tranquila, para favorecer la llegada del oxígeno y los nutrientes a cada uno de nuestros músculos y órganos vitales. Esa respiración intensa ayuda, además, a alcanzar la necesaria relajación que nos proporcione el equilibrio físico y espiritual.

Cómo aprender a respirar en Pilates

Para obtener todos los beneficios de una sesión de Pilates tendrás que modificar tu manera de respirar. Sin darnos cuenta, inspiramos y expiramos de forma superficial, sin aprovechar nuestra capacidad pulmonar al máximo. En Pilates, debes practicar la respiración diafragmática, mucho más profunda. Se trata de llenar lentamente de oxigeno nuestra caja torácica y de ser capaces de “empujarlo” hasta el abdomen, para que ese aire vital se distribuya de manera óptima por todo el organismo. Practicando los siguientes ejercicios de respiración de Pilates, podrás hacerlo:

1. Coloca las manos en la parte baja de las costillas

De pie, con el abdomen ligeramente contraído sin llegar a estar en tensión y con los hombros y el cuello relajados, coloca tus manos en la parte baja de las costillas. Inspira por la nariz muy despacio mientras notas cómo tus costillas se “inflan” y se expanden como si fuesen un acordeón. Aguanta unos segundos y expulsa el aire por la boca, también lentamente, intentando sacar al exterior absolutamente todo el aire inspirado. Puede ayudarte practicar frente a un espejo. Abre bien la boca, como si estuvieses haciendo vahos. Siente cómo actúan los músculos implicados en la respiración: abdominales, oblicuos, intercostales, dorsales… todos influyen.

2. Apoya las manos en el abdomen

Repite la postura anterior pero, esta vez, coloca tus manos en el abdomen, a la altura del ombligo. Este ejercicio de respiración de Pilates no solo ayuda a inspirar profundamente, sino a tonificar el abdomen y la zona lumbar. Toma todo el aire que puedas por la nariz y dirígelo hacia tu estómago. Con tus manos, debes notar cómo llega y tu barriga se hincha ligeramente. Expulsa el aire despacio mientras contraes el estómago, como si quisieses llevar el ombligo a la espalda. Ayúdate con tus manos presionando con suavidad. Exhala despacio, expulsando con el aire todo el estrés que puedas tener acumulado.

3. Siéntate en la pelota de Pilates

Siéntate en una pelota de Pilates (fitball) con las piernas ligeramente separadas. Agárrate los antebrazos y sitúa tus brazos a la altura del pecho. Respira hondo y pausado. Con tus pulmones llenos de oxígeno, gira la cintura hacia la derecha en tres movimientos mientras exhalas, es decir, con un primer movimiento, sueltas una parte del aire, con un segundo, un poco más y en un tercero, todo el que pueda quedarte. Repite hacia el lado contrario.

4. Relájate en la fitball

También con la pelota, este ejercicio te ayudará a aprender a respirar en Pilates mientras te relajas. Túmbate boca abajo abrazando la pelota. Inspira profundamente mientras notas cómo el aire parece llegar hasta tu espalda. Contén el oxígeno unos segundos y exhala también de manera pausada.

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Sobre el autor

Mariola Báez

Redactora y editora profesional, no entiendo mi vida sin el deporte. Siempre dispuesta a conocer nuevas disciplinas y a invertir mi tiempo en mis dos grandes pasiones: el yoga y el running.


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