Los ejercicios pilates deben iniciarse durante el segundo trimestre de embarazo en clara coordinación con tu ginecólogo. Luego de tener su aprobación prepárate para realizar los ejercicios y disfrutar de las ventajas ofrecidas por esta técnica incluso después del parto.
Con este método, que tiene muchos beneficios, puedes culminar tu embarazo ejercitándote sin mayores problemas, sin embargo se aconseja bajar la intensidad de la práctica cuando se inicien los últimos 3 meses de embarazo. Esto quiere decir eliminar posturas de espaldas porque afecta la sanguínea en el bebé, asimismo los saltos o rebotes.
Las contraindicaciones para practicar pilates son pocas, por lo general están más relacionadas con problemas de salud en las gestantes y no tanto con la misma actividad física. De cualquier forma es preferible realizar una prueba muy simple para conocer el estado de tus músculos abdominales. Sólo si logras pasar este ejercicio serás capaz de tolerar la técnica hasta el término de tu embarazo.
Se desarrolla de la siguiente forma: arrodillada con la espalda recta, respira profundamente y cuando expulses el aire contrae los músculos del piso pélvico como si tuvieras deseos de orinar, mantente así 10 segundos mientras contienes la respiración. Hazlo en 10 repeticiones.