A medida que el verano se aproxima te preguntas como librarte de esos angustiantes kilitos de más imperceptibles hasta el momento. Las dietas pueden ayudarte, el trabajo físico también, pero si eres una deportista ocasional lo recomendable es no sobreexigirte en el entrenamiento porque podría ocasionarte graves secuelas sobre tu salud.
La sobrecarga física ha ocasionado que muchas personas se lesionen o adquieran enfermedades dolorosas. En países como Chile algunos gimnasios solicitan a sus nuevos deportistas exámenes médicos donde quede claro que son personas aptas para ejercitarse en la disciplina elegida.
Mas allá de captar mayores usuarios, el punto es orientar oportunamente a los practicantes sobre si tienen o no la capacidad física para ejercer determinados ejercicios. Incluso personas que llevan una vida sedentaria por años deciden inscribirse en un gimnasio sin valorar sus limitaciones corporales.
Los exámenes que se hacen para conocer el estado del deportista son un chequeo al corazón y una prueba de resistencia física. En caso de haber permanecido mucho tiempo sin ejercitarse, considera conversar con tu médico antes de tomar una decisión, quienes tienen problemas cardiovasculares, presión arterial alta, asma o principios de osteoporosis necesitan tener particular cuidado.
En la misma línea, Meza añadió que lo más importante es comenzar de forma gradual y bajo la mirada de los instructores y así ir aumentando el ritmo a medida que se tenga un mayor entrenamiento, siendo está la forma más segura y menos riesgosa.
La tarea de un instructor es la de prestar especial atención en preparar la rutina de ejercicios acorde a las limitaciones de cada deportista. Siempre iniciar con un ritmo pausado e ir aumentando la intensidad conforme el entrenamiento vaya produciendo sus frutos.