No cabe duda de que la nutrición juega un papel muy importante en la pérdida de peso efectiva y prolongada. Un estudio reciente ha constatado que la ingesta moderada de vino tinto podría ayudar a quemar grasas. Los beneficios de consumir una copa de vino tinto cada día se conocen desde hace mucho tiempo. Entre estos beneficios se encuentra la ventaja de ser un excelente suplemento para eliminar grasa del organismo.
Uno de los ingredientes principales del vino tinto, el resveratrol, se asocia con dos propiedades interesantes: la quema de grasa y el anti-envejecimiento. Con ello, el resveratrol ayuda a romper y a limitar el incremento de las células grasas en el organismo. El vino blanco y la piel de las uvas también contienen resveratrol.
La investigación comprobó que en ratones los fitoquímicos de la uva moscatel disminuían la acumulación de lípidos a pesar de llevar una dieta alta en grasas. Más tarde, se realizó un estudio en laboratorio sobre un modelo humano de células madre de tejido adiposo y se observó un resultado similar. Asimismo, el ácido elágico se identificó como un importante regulador negativo de la adipogénesis, ya que frena la acumulación de grasas en los adipocitos ya existentes y reduce la creación de nuevas células en el tejido adiposo.
El ácido elágico es uno de los fitoquímicos que se encuentran en la uva moscatel, en el vino tinto o en el zumo de uva natural y contribuye a prevenir la acumulación de triglicéridos en el hígado, por lo que ayuda a prevenir o revertir el hígado graso. También favorece la oxidación de lípidos, lo cual lleva a pensar que un consumo moderando de vino tinto podría favorecer la quema de grasas y/o frenar la acumulación de grasa en nuestro cuerpo.
Sin embargo, no podemos creer que el consumo diario de una copa de vino tinto producirá efectos milagrosos si no llevamos a cabo hábitos de vida saludable, es decir, llevar una dieta equilibrada y practicar ejercicio.
