Para realizar una sesión de electroterapia, sin mayores contra tiempos, se requerirá que sea aplicada por un fisioterapeuta que conozca, tanto de la técnica, como de los aparatos a usar.
Lo primero que debe hacer un fisioterapeuta en estos casos, es evaluar si el tratamiento podría acarrearle algún efecto contraproducente al paciente. De manera periódica, y antes de cada sesión, se debe verificar el funcionamiento de la red eléctrica del aparato que se vaya a utilizar.
El paciente será ubicado de manera que se encuentre cómodo y seguro. Los electrodos o medios de acoplamiento deben estar colocados correctamente, dejando la zona a tratar al descubierto.
El tipo de corriente se escogerá en función al tratamiento que el paciente desee realizar. Cuando la sesión se va acercando a su fin, el fisioterapista tendrá que ir reduciendo poco a poco la intensidad de la energía del aparato.
De sentir el paciente cualquier clase de incomodidad durante la terapia, esta deberá suspenderse inmediatamente.