Una de las partes más difíciles de tonificar es el abdomen. Y, a pesar del esfuerzo que exigen otras partes del cuerpo, esta es la última zona que verá los beneficios de cumplir todos los días con tu rutina de entrenamiento.
Pero, por fortuna, existe la rueda abdominal. Fue inventada a mediados de los años noventa y se hizo popular rápidamente debido a sus resultados. Esto se debe a que, a pesar de ser un ejercicio demandante, trabaja al mismo tiempo una gran cantidad de músculos del core.
Esto resultó una innovación que hizo a un lado los famosos crunch, que en sí no son malos, pero requieren de una técnica precisa y una cantidad moderada para no padecer lesiones a largo plazo. En particular, en la espalda y en la zona lumbar.
Un poderoso ejercicio para principiantes
No es fácil hacer el movimiento con una rueda abdominal de forma correcta la primera vez. Esto es algo que se sabe, pero no te preocupes, ya que no tiene por qué ser así. El primer ejercicio con el que tienes que empezar cuenta con dos variantes principales:
De rodillas
Con las rodillas en el suelo, toma la rueda y extiéndela hasta un punto en el que puedas mantenerte durante al menos un minuto. Puedes ayudarte con la pared si quieres, pero trata de usarla solo como una referencia. Y eso es todo. No tienes que girar, únicamente mantenerte de esa manera.
Plancha con el apoyo sobre tus pies
Una vez que la domines la primera variante y ya te parezca demasiado sencillo, puedes probar a apoyarte en tus pies y no en tus piernas. Esta plancha es mejor que la que se hace simplemente apoyándote en las manos porque el hecho de balancear la rueda para mantener el equilibrio beneficia a tus laterales.
Pocas repeticiones y series cortas
La forma es más importante que la cantidad. Es común ver personas que hacen muchísimas repeticiones y la mitad de estas las realizan con una mala postura. En estos casos, es como si se hubiera hecho solo una parte del entrenamiento. Es decir, resulta poco eficaz y, además, se corre el riesgo de padecer lesiones.
Recuerda, menos es más, así que prueba a hacer series de cuatro repeticiones. Eso sí, tienen que ser impecables. Ya sea de rodillas o sobre tus pies, es importante escoger la opción adecuada para ti, dependiendo de la fuerza que hayas adquirido.
Para hacer las repeticiones de forma correcta, debes deslizarte hasta extender tu espalda sin arquearla y regresar cuidando la postura. No te engañes, tú sabes muy bien cuántas hiciste de la manera correcta. Una vez realices esta serie, descansa y recupérate unos segundos. Después, repítelo y vuelve a hacerlo hasta que hagas cuatro bien hechas como mínimo. Así es, nunca menos de cuatro.
El objetivo de estas series es darte la resistencia necesaria. De esta manera, tu cuerpo sabrá exactamente cuándo es el momento de subir el número de repeticiones.
El ejercicio final y más demandante de todos
Si ya controlas los ejercicios anteriores, entonces tienes que probar el siguiente ejercicio. Para ello, debes colocarte de pie. Coloca los pies juntos y coloca la rueda en el suelo. Después, extiende la rueda con un movimiento controlado y firme.
Como siempre, lo más importante es la postura. No lo olvides, solo un punto de tu cuerpo se va a flexionar: la cintura. Tu espalda deberá permanecer totalmente recta, al igual que tus rodillas. Para realizarlo correctamente, puedes practicar únicamente la bajada hasta realizarla bien.
Para comenzar, puedes pedir ayuda a alguien para que se asegure de que no flexiones ninguna otra parte y te otorgue seguridad al bajar. Esto puede hacerlo poniendo las manos en tu espalda y piernas para asegurarse de que lo ejecutes de la forma correcta.
Consejos finales
Recuerda que no importa cuántas repeticiones puedas hacer o que conozcas los mejores ejercicios, la mejor rutina de entrenamiento es la que se realiza a diario. Otro aspecto importante es cuidar la postura para evitar lesiones y poder entrenar de manera segura y eficaz.
¡Sácale provecho a la rueda abdominal y presume de tus abdominales el próximo verano!