Cómo mantenerse hidratado antes, durante y después de hacer deporte

La hidratación al hacer deporte

Beber suficiente agua es esencial para contribuir a la regulación normal de la temperatura corporal. Sin embargo, tener una correcta hidratación resulta aún más importante cuando realizamos actividad física o practicamos algún deporte. Y es que, durante la práctica deportiva, el organismo pierde mucha agua a través del sudor.

Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Bezoya recomiendan beber un mínimo de dos litros de agua al día para mantenerse bien hidratado y es especialmente importante para las personas activas que hacen deporte con frecuencia.

¿Por qué es importante mantenerse bien hidratado al practicar deporte?

Además de seguir una alimentación equilibrada, hidratarte cuando haces deporte es un aspecto fundamental. Nuestro organismo está formado por un 60% de agua y, por ello, todas las personas debemos beber suficiente agua. Pero, al practicar ejercicio físico, se incrementa la sudoración corporal: es por este motivo que se recomienda beber agua antes, durante y después de la práctica deportiva. Así, mejorarás tu rendimiento físico y ayudarás a prevenir la aparición de lesiones.

Una recomendación muy útil y efectiva es llevar siempre una botella de agua Bezoya cuando vas a hacer deporte: podrás reponer los electrolitos que has perdido a través del sudor y evitarás tener la boca seca.

Cómo estar bien hidratados cuando practicamos deporte

¿Te preguntas qué debes hacer para estar bien hidratado antes, durante y después de hacer deporte? Aquí tienes unos cuantos consejos:

Antes de hacer deporte

Cuando queremos obtener un buen rendimiento deportivo, es fundamental hidratarnos bien antes de comenzar a practicar ejercicio físico. Los expertos recomiendan una ingesta de aproximadamente 400 ml de líquido entre una y dos horas antes de comenzar la actividad.



Además, tomar agua antes de practicar deporte ejerce una actividad termorreguladora en el organismo, de tal forma que evita un aumento de la temperatura corporal. A su vez, también contribuye a recuperar el glucógeno que se pierde al hacer deporte.

Durante el ejercicio físico

Una vez comenzada la actividad física, es necesario mantener un correcto balance entre la hidratación y el nivel electrolítico del organismo. Por ello, es recomendable tomar agua a pequeños sorbos hasta completar un total de unos 250 ml. De esta forma, estamos ayudando al organismo a reponer el agua y los electrolitos que perdemos a través del sudor y la orina.

Pero, si la actividad física que practicamos es especialmente exigente, como una marcha ciclista o un circuito de triatlón, también es recomendable añadir una carga de carbohidratos. Esto nos ayudará a rebajar la fatiga muscular y acelerar la recuperación del glucógeno que se va perdiendo al hacer ejercicio.

Después de hacer deporte

Una vez que hemos terminado de entrenar, toca rehidratarse de nuevo. Para conseguirlo, se aconseja hacer una ingesta de agua que sea equivalente al 150% del peso corporal que se ha perdido durante el ejercicio. La regla es muy sencilla. Si perdemos, por ejemplo, un kilo después de hacer ejercicio, tendríamos que tomar 1,5 litros de agua al finalizar el entrenamiento y así sucesivamente.

Otros factores

Existen factores como la edad, el tipo de actividad física y las condiciones ambientales que influyen en la cantidad de agua que se debe consumir. Como hemos comentado, el agua ayuda a la termorregulación del organismo. Por ello, beber agua es aún más importante durante el periodo del verano o cuando hace calor.

De este modo, aunque no practiques deporte, es importante tomar agua antes de sentir sed. De este modo, conseguirás que el cuerpo esté correctamente hidratado en todo momento. Así que sigue una buena rutina de hidratación y bebe dos litros de agua de forma diaria.