Investigaciones recientes han confirmado las propiedades terapéuticas existentes en el veneno de la miel de abeja, encontrando 18 componentes farmacológicos activos en él.
La melitina, por ejemplo, compone el 50 por ciento del peso seco del veneno de la abeja. Básicamente, es una proteína estabilizadora de la membrana, con un poderoso efecto bactericida y antiinflamatorio.
En el caso de la adolapina, nos referimos a una sustancia que inhibe la actividad de las encimas en el sistema protaglandino sintético. Sus componentes actúan como antiinflamatorios y analgésicos.
Otra sustancia importante en el veneno de la abeja es la apamina. Suele ser útil en tratamientos complejos, como el de la esclerosis múltiple. También, posee efectos antirítmicos en pacientes que padecen de arritmias intrínsecas.
Los efectos generales del veneno de abeja se aplican a nivel local y sistemático. Pruebas de laboratorio han demostrado que en muchos aspectos el veneno de la abeja es más potente como agente antiinflamatorio, que las medicinas comúnmente utilizadas.
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