Anteriormente se prohibía a los ciclistas el ingreso a piscinas o a la playa, pensando equivocadamente que esto causaría que sus piernas quedaran acartonadas.

Natación y ciclismo sí se pueden juntar.
A continuación mencionamos algunas recomendaciones, afirmando que el trabajo del ciclista en la piscina es aconsejable. Veamos:
- En invierno, es necesario el trabajo en piscina para contribuir en el fortalecimiento de los músculos dorsales y lumbares.
- Dentro de la piscina se pueden incluir distintos ejercicios de respiración, los que potenciarán tu sistema de aporte y aprovechamiento de oxígeno.
- Si nadamos con aletas podemos incrementar la elasticidad de nuestros tobillos y así mejorar los ángulos con los que nuestro tobillo realiza la pedalada.
- Además, es aconsejable incluir sesiones de trabajo para mantener la tonicidad de la musculatura dorsal y también lumbar. Se puede incluir sesiones de descarga combinadas con saunas, jacuzzis o masajes.