La leche de cabra tradicionalmente se ha dado a los bebés y a los niños que no podían tomar leche materna y tampoco toleraban la leche de vaca. No obstante, en la actualidad es empleada en la elaboración de diversos productos lácteos y bebidas nutricionales.
Está compuesta fundamentalmente por agua. Debido a la cantidad de hidratos de carbono que contiene, su aporte calórico es menor que en el caso de la leche de vaca, lo cual contribuye a cuidar nuestra figura.
Las vitaminas que más destacan en la leche de cabra son la A, la B2 y la D. De igual manera, aporta un alto contenido de proteínas y minerales, así como posee propiedades terapéuticas a nivel externo, específicamente para el rejuvenecimiento de la piel.
En el campo de la cosmética es utilizada para la elaboración de jabones y cremas. También es aplicada en masajes y baños en los spas más modernos.