Quizá las palabras ejercicio y meditación te resulten contradictorias entre sí. El ejercicio es algo aeróbico, que implica un montón de energía y nos ayudará a activar nuestro cuerpo, mientras que la meditación es todo lo contrario, es algo mucho más suave y relajante con lo que nos desactivamos. Sin embargo, ejercicio y meditación son dos cosas totalmente complementarias, y una buena forma de acabar nuestros entrenamientos es meditar después de hacer ejercicio, algo que tiene incontables beneficios.
Piensa que una mente sana debe desarrollarse en un cuerpo sano y viceversa, y aunque no sea lo habitual deberíamos combinar ejercicio y meditación. Eso sí, que sean complementarios no quiere decir que uno pueda sustituir al otro, aunque también es cierto que podemos hacer ambas cosas a la vez. ¿Nunca te ha pasado que mientras corrías o nadabas has puesto la mente en blanco, y solo te has focalizado en completar el ejercicio? En cualquier caso, lo mejor es la meditación después de hacer ejercicio.
¿Cuáles son los beneficios de meditar después de entrenar?
La primera razón por la que los deportistas deben hacer meditación después del ejercicio es desactivar el cuerpo. Durante nuestro entrenamiento habremos activado el cuerpo, utilizamos una gran cantidad de energías y al cuerpo le cuesta una barbaridad volver al estado inicial. Los efectos de esta activación son patentes especialmente cuando hacemos ejercicio a última hora del día: luego nos cuesta descansar porque el cuerpo está activo, y somos incapaces de relajarnos. Sin embargo, con la meditación ese problema se soluciona.
Esas propiedades relajantes son las que nos ayudan a dormir mejor después de entrenar. Al meditar refuerzas tu paz mental y espiritual, durmiendo mejor e incrementando tu rendimiento el siguiente día. Y no solo eso, el simple hecho de meditar después de entrenar es una de las mejores formas que hay para reducir el estrés. Tanto el frenético día a día como la búsqueda de unos objetivos a través del ejercicio nos hacen vivir estresados, pero al relajar nuestra mente a través de la meditación el estrés disminuye lo que indudablemente mejora nuestra calidad de vida.
También puedes aprender a respirar mejor gracias a la meditación, que implica una oxigenación mayor. De hecho, la respiración es una de las claves de la meditación, todos los ejercicios tienen unos tiempos de inhalación y exhalación que debemos respetar para que la meditación surja efecto. Estos ejercicios nos ayudarán a aprender a controlar la respiración, algo que deberíamos aplicar más allá de las sesiones de meditación, por ejemplo a los entrenamientos. Muchas veces nos fijamos en cuestiones como la técnica de carrera, ignorando otras como la técnica de relajación y de respiración, factores clave a la hora de mejorar nuestro rendimiento.
¿Meditar antes o después de entrenar?
No podemos acabar sin mencionar el aumento de la concentración y el refuerzo de la elasticidad muscular que implica la meditación, lo que abre el debate sobre si es mejor meditar antes o después del ejercicio. Al meditar es más fácil concentrarnos sobre un aspecto determinado, algo básico a la hora de hacer deporte, evitando que nos distraigamos con otros pensamientos y reduciendo la fatiga mental. En cuanto a la elasticidad muscular, es buena para prevenir lesiones, agujetas, etc., y ayuda a aumentar el rendimiento.
Precisamente por estas dos cualidades hay quien prefiere meditar antes de entrenar. La meditación pre y post entrenamiento también son perfectamente compatibles. Por ejemplo, puedes combinar la meditación con los estiramientos que realizas en tu calentamiento, y luego incluir estos ejercicios en tu rutina para acabar de calentar. En cualquier caso, si quieres desactivar tu cuerpo y descansar mejor después de entrenar, no hay nada como dedicar los últimos 5 o 10 minutos del entrenamiento a la meditación.