El yoga es el resultado de un conjunto de técnicas de concentración que tienen como objetivo conseguir un buen control mental y físico. Se practica mediante una vigilancia de la respiración y la realización de posturas conocidas como “asanas”, que nos ayudan principalmente a relajarnos. Ahora bien, en caso de que nuestro propósito sea mejorar algún problema físico o de estrés concreto, recurrir al yoga terapéutico es una buenísima opción.
¿Qué es el yoga terapéutico?
El yoga como disciplina ha evolucionado muchísimo y existen diversas variantes y tipos de yoga que se pueden practicar. Específicamente el yoga terapéutico está indicado para personas que presentan dolores, tensiones, y molestias, derivadas de una mala postura, de una lesión u operación. Pero a su vez, también está indicado para tratar a personas que pasan por momentos o etapas de mucho estrés o ansiedad, e incluso, situaciones puntuales que provocan estados de ánimo relacionados con la tristeza o pena.
Las asanas más populares en el yoga terapéutico
Además de las torsiones, que ayudan a aumentar el riego sanguíneo y a oxigenar el cuerpo, o la postura del héroe, que es por excelencia la asana más completa del yoga terapéutico, con beneficios a nivel corporal general, podemos destacar dos asanas muy populares en el yoga terapéutico:
Las razones por las que deberías practicar yoga terapéutico
Estaremos casi todos de acuerdo en que nuestro día a día transcurre cargado de muchísimas obligaciones y actividades, el trabajo, los amigos, el ocio, las compras, un viaje, reuniones, hacer deporte, ir al gimnasio, estar con la familia. Y en ocasiones no somos conscientes de la necesidad de recurrir a técnicas como el yoga, para que nos ayuden a relajarnos, a parar, a respirar. Y más aún cuando se trate de aliviar alguna molestia puntual que no nos permita llevar a cabo nuestras actividades cotidianas correctamente.
Encontrar dentro de nuestra semana y nuestra rutina diaria un tiempo para practicar yoga es sumamente importante, aun cuando no tengamos un dolor o molestia en concreto, o pensemos que con tomarnos un par de días para descansar será suficiente para despejarnos de nuestras obligaciones.
El yoga terapéutico puede ser beneficioso para:
- Aliviar dolores musculares
- Mejorar la flexibilidad
- Ayudar en el mejor funcionamiento de algunos órganos.
- Reparar tendones y articulaciones
- Favorecer la relajación y aliviar el estrés
- Aumentar la concentración, la memoria y la atención
- Mejorar la autoestima
- Ayudar a mejorar la energía y el estado de ánimo
- Entrenar y mejorar la respiración
- Facilitar el sueño reparador y el descanso
- Aliviar la tensión arterial
- Fortalecer los huesos
- Mejorar la postura y el equilibrio
- Aportar vitalidad
- Favorecer la pérdida de peso
El yoga terapéutico no solo es beneficioso porque puede aliviar dolores musculares, de tendones o articulaciones, alinear nuestra espalda y mejorar nuestra postura, sino que también ayuda a prevenirlos. Su práctica continua puede evitar lesiones y dolores derivados de malas posturas o de movimientos corporales no adecuados, e inclusive provocados por una respiración inapropiada.
¿Cómo empezar a practicar yoga terapéutico?
Todos los beneficios derivados de la práctica del yoga con fines terapéuticos redundarán no solo en mejorar, reparar o curar, sino también en prevenir y evitar que nuestro cuerpo nos duela, que nos lesionemos, o que pasemos por períodos en los que el estrés y la ansiedad no nos permitan dormir y respirar adecuadamente. En definitiva, el fin terapéutico de la práctica del yoga es el de mantener en óptimas condiciones nuestra salud y ayudarnos a estar sanos.
Entonces, para beneficiarnos de los resultados terapéuticos de este tipo de yoga, el primer paso es asesorarse y consultar con especialistas, que entiendan y nos enseñan de forma paulatina y progresiva a practicar las posturas y ejercicios correctos según los objetivos de mejora que tengamos. El segundo paso, es planificar nuestra práctica de yoga como una rutina más en nuestra semana, y ser constantes.
Y por último, el tercer paso es disfrutar, disfrutar y disfrutar de este tipo de actividad, que no solo nos beneficia a nivel físico y de relax, sino que también nos enriquece en un plano espiritual e introspectivo.