Todo lo que debes saber sobre las contracturas musculares

ejercicios dolor cervicales

No suelen ser graves pero sí realmente molestas, hasta el punto de impedirnos realizar la actividad diaria y deportiva con normalidad. Descubre qué son las contracturas musculares para poder prevenirlas y tratarlas de manera apropiada.

Hay que tener claro que una contractura es una lesión y, como tal, hay que darle la debida importancia. Puede producirse por varios motivos pero, en cualquier caso, se trata siempre de la dificultad que presenta un determinado músculo, o algunas de las fibras que lo componen, para recuperar su estado normal de reposo. Al hacer cualquier movimiento, sobre todo al realizar ejercicio físico, los músculos se contraen para llevarlo a cabo. El problema surge cuando, tras ese esfuerzo, el músculo no vuelve a su posición habitual de relajación. Cuando esto ocurre, tenemos garantizada una contractura muscular más o menos dolorosa.

Tipos de contracturas musculares y su origen

Aunque la espalda es uno de sus lugares predilectos, esta dolencia puede aparecer en cualquier área y no necesariamente cuando practicamos deporte. También las personas que llevan una vida sedentaria pueden padecer contracturas musculares, precisamente por falta de tono en su musculatura. Esa laxitud en los músculos, debida al escaso ejercicio, es una de las causas que las provoca, pero hay otras:

  • Falta de calentamiento previo a la hora de hacer una actividad física intensa. Es la causa de muchas contracturas musculares que sufren los deportistas al exigir al músculo un esfuerzo para el que no está debidamente preparado. Lesión casi segura.
  • Malas posturas. Es también motivo frecuente de molestias y agujetas, especialmente en cuello y espalda. Sentarnos mal durante horas en el trabajo o dormir en una posición en la que estamos presionando un determinado músculo es otra causa común.
  •  Músculo fatigado. Tan importante como calentar de manera adecuada, es no caer en el sobre entrenamiento que puede hacer que el músculo no consiga recuperar su posición de relax por el intenso esfuerzo al que se ha visto sometido.
  • Golpe. Tras un fuerte traumatismo puede que, aunque no veamos heridas externas, el músculo haya quedado contraído y dañado por efecto de un golpe o un mal movimiento.
  • Estrés. El cuerpo avisa y, en ocasiones, los episodios de tensión continuada puede acabar manifestándose en un agarrotamiento de nuestros músculos o directamente en una molesta contractura.

En cuanto a los tipos de contracturas musculares son de lo más variadas porque, en un momento dado, cualquier músculo o pequeña fibra puede verse afectada, pero entre las más comunes destacan: las contracturas cervicales, con manifiesto dolor en la zona del cuello y parte superior de la espalda, las contracturas de espalda y también las que se producen en las extremidades inferiores afectando a músculos como abductores, gemelos o cuádriceps y que suelen avisar con calambres previos a personas que practican deportes que implican trabajo intenso de la musculatura del tren inferior como el running, el ciclismo o el fútbol, por ejemplo.

Cómo prevenir y tratar las contracturas musculares

Conociendo las causas que las provocan, es sencillo saber cómo prevenir en lo posible una lesión de estas características. Si quieres evitar sufrir contracturas musculares debes:

  1. Mantener en todo momento buenas posturas que impliquen no forzar ninguno de tus músculos de manera innecesaria.
  2. Descansar lo suficiente evitando el estrés.
  3. Practicar algo de ejercicio aunque no tengas pasión por los deportes. Es la mejor manera de dar a tus músculos la fuerza y el tono que requieren.
  4. A la hora de hacer ejercicio recuerda la importancia de realizar un buen calentamiento y de evitar el sobre entrenamiento.

En cuanto al tratamiento de una contractura muscular, el mejor remedio es dejar que el músculo repose lo suficiente. Si sufres una lesión de este tipo mientras haces deporte, debes parar el ejercicio de forma inmediata porque, si continuas, podrías provocar un daño mayor (rotura de fibras).



Tómate unos días de descanso después de hacer ejercicio y cuando notes que tu músculo mejora y el dolor desaparece puedes empezar a hacer unos estiramientos muy suaves teniendo en cuenta que a la mínima molestia deberás parar.

En caso de contracturas musculares persistentes y dolorosas, siempre es aconsejable acudir al médico por si fuera necesario recurrir a algún medicamento o a un fisioterapeuta.

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Sobre el autor

Mariola Báez

Redactora y editora profesional, no entiendo mi vida sin el deporte. Siempre dispuesta a conocer nuevas disciplinas y a invertir mi tiempo en mis dos grandes pasiones: el yoga y el running.


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