Seas principiante o todo un experto, ya sabrás que es importante prepararse progresivamente para cualquier actividad física con el objetivo de realizarla física y mentalmente en las mejores condiciones. Por ello, la activación o calentamiento es esencial para rendir al máximo y con los menores riesgos de lesión.
De hecho, para iniciados y usuarios medios, la activación tiene tanta importancia como el entrenamiento principal. No solo hablamos de aumentar la temperatura corporal, también de una actividad específica del tipo de entrenamiento e incluso la preparación psicológica para realizarla con altos niveles de concentración.
Consejos para activar el cuerpo y la mente antes de hacer ejercicio
El nivel físico de cada persona es un aspecto esencial para activarse antes de entrenar. Por ejemplo, si sois deportistas activos y jóvenes, pues bo requeriréis de una activación alta, un breve aumento de temperatura corporal teniendo en cuenta las condiciones climatológicas del entorno. Sumado a un calentamiento específico del trabajo que realizareis con cargas bajas y movilidad articular, es más que suficiente.
Sin embargo, si sois personas de edad avanzada, es esencial poner en marcha una activación lenta y duradera, donde preparéis consecuentemente a todo el cuerpo para la parte principal del entrenamiento.
1. La mente es nuestro ‘microprocesador informático'
Antes de realizar una actividad con cierto impacto en sus componentes, respira hondo, deja problemas exógenos al entrenamiento fuera del centro fitness. Prepárate y automotívate, busca en tus emociones, pregúntate: ¿Qué te lleva a entrenar? Y seguidamente di en voz alta, a ti mismo: "Lo voy a lograr".
2. Nútrete correctamente 30 minutos antes de comenzar la actividad física
El cuerpo necesita recursos extra para ejercer al máximo nivel. En el día a día, nuestro ‘tren de vapor’ necesita sus correspondientes dosis de ‘carbón’, pero, para acelerarse, necesita una dosis extra de energía rápida antes de entrenar, de esta forma poseerás recursos para rendir al 100%.
3. Desde la suavidad a la alta intensidad
No te dejes llevar por el ritmo de vida actual; céntrate en ‘desengrasar’ tu mecánica de forma muy calmada. Presta especial atención a ambientes con bajas temperaturas. Y, por último, no corras riesgos, un error por falta de sentido común o temple: te expondrá a lesiones y podrías perder semanas de entrenamiento con sus correspondientes consecuencias negativas.
4. De lo especifico a lo global, y, de lo global a lo específico
Primero, movilidad articular sin carga, con una velocidad de ejecución muy lenta, para, poco a poco ir realizándola a una velocidad natural. Posteriormente gestos globales donde las cadenas cinéticas corporales actúen como un equipo unificado. Y, por último, un trabajo específico de aquellos músculos que trabajareis con una carga media-baja.
5. No abuses del volumen en dicha parte del entrenamiento
Si te excedes en este apartado del entrenamiento, siendo deportistas sanos, puedes desbalancear el rendimiento en la parte principal de la sesión, no te agotes en ella. A menos que toda la sesión conste de una misma actividad u objetivo. Como, por ejemplo, una sesión puramente cardiovascular con cambios de velocidad y frecuencia cardiaca en cinta de carrera.
6. Aumento progresivo de la frecuencia cardiaca
Jamás realices cambios bruscos en la frecuencia cardiaca. A nivel circulatorio y respiratorio, la carga ha de ser progresiva en el usuario de nivel medio o iniciado. Lo primero es la salud, el rendimiento y la estética aparecerán de forma correlativa si se cumplen los estándares correctos.
7. Definid bien las partes de vuestras sesiones diarias
Debes sentir el fitness, no solo practicar por practicar. Imagina que una gran empresa no planifica su forma de actuar o vender un producto... dejaría su futuro al azar. Por ello, infórmate y déjate asesorar por profesionales, y ten presente un esquema básico de cómo desarrollarás la sesión en las tres partes principales:
- Activación
- Parte principal
- Vuelta a la calma
Sensibilidad y sentido común. Los seres humanos somos seres que podemos llevar a cabo procesos mentales complejos. De menos a más, sin riesgos. Lo radical conlleva desbalanceos fisiológicos, lesiones, variaciones conductuales e incluso el abandono. ¡Cada persona necesita adaptar su entrenamiento a sus necesidades y capacidades físicas!