Los beneficios de practicar deportes de montaña

Practicar deportes de montaña

En breve se acerca el verano y son muchas las personas que reparan en que a su cuerpo le vendría muy bien realizar algún tipo de deporte para tonificar, tener más resistencia y, cómo no, poder lucirse. Se practique el deporte que se practique (siempre que no haya contraindicación para ello) se podrán observar los beneficios, sobre todo, a medio y largo plazo. Pero, en el caso de practicar deportes de montaña se puede decir que se va un paso más allá puesto que los beneficios globales son mayores a los del ejercicio en sí. Algunos de los deportes más comunes en este ámbito son la escalada, el senderismo o montar en bicicleta. Y precisamente teniendo en cuenta este último se puede decir que internet está de parte de quienes quieren aprovechar el buen tiempo, ya que se pueden encontrar bicicletas de montaña desde poco más de 100 euros.

Como ya sabemos, llevar a cabo ejercicio de manera continuada tiene una repercusión directa sobre el cuerpo mejorando las condiciones físicas, a lo que hay que sumar el hecho de ser una buena manera de liberarse de las tensiones que se acumulan a lo largo del día y de dejar atrás el estrés que, en cierta medida, es inevitable y repercute en más aspectos de los que se pueda llegar a pensar (tanto a nivel psicológico como físico). Pero no es lo único ventajoso de practicarlo. Se ha comprobado que cuando se hace deporte se liberan endorfinas, por lo que se tiene una sensación de felicidad y relajación justo a continuación. Así que es bueno tanto para el cuerpo como para la mente. Si a ello le sumamos la práctica de deporte en plena naturaleza, los beneficios van mucho más allá: el hecho de que ese deporte se lleve a cabo en un entorno natural, como es el caso de la montaña, hace que la desconexión sea más sencilla de llevar a cabo y, por supuesto, más plena.

Tampoco hay que olvidar que practicar deportes de montaña es una buena manera de poder respirar aire puro, aunque sólo sea por un par de horas. Aquellas personas que viven y trabajan en ciudades no reparan en lo contaminado que puede llegar a estar el aire que les rodea hasta que prueban, alejándose de todo aquello, por pasar un tiempo en plena naturaleza.



Las bicicletas de montaña están especialmente diseñadas para ese terreno, por lo que resultan muy fáciles de manejar y, al tiempo, se pueden observar vistas impresionantes de todos los sitios por los que se pasa con ellas. Aunque -como es lógico- para las rutas más difíciles se requerirá de una buena resistencia física, se trata de un deporte apto para casi todos los públicos ya que cada cual se puede marcar su ritmo e ir progresando paulatinamente.

Además de para lograr quemar calorías y obtener un mejor aspecto físico, el ponerse sobre dos ruedas servirá para mejorar la coordinación y el equilibrio. Por supuesto, la capacidad pulmonar también se verá aumentada, así como el sistema inmunitario.

Y lo mejor es que este tipo de deportes se puede practicar tanto solo como acompañado, y siempre habrá a quien encontrarse por la misma ruta para poder intercambiar experiencias.