La mejor manera de tomar macronutrientes en cada comida

Cuándo y cómo alimentarse correctamente

Son muchas las personas que, a la hora de valorar las dietas que siguen y su repercusión en el ejercicio físico, se preguntan si tiene sentido asociar la forma de alimentarse con determinadas horas del día. Pues bien, según muchos expertos este asunto sí que tiene sentido, y además mucho.

Los especialistas consideran que no solo hay que controlar cuánto y qué se come, sino cuándo se hace. La hora del día o de la noche en que se ingiere un alimento influye directamente en la forma en que éste se aprovecha y metaboliza en nuestro organismo.

Es hora de ver qué comemos

Resulta de vital importancia tener info sobre las proteínas, ya que todas las comidas del día deben contener una adecuada cantidad de estos componentes esenciales en nuestra alimentación. También deben estar presentes en cierta medida los carbohidratos y la grasa, pero sus cantidades han de variar en unas y otras ingestas, según la hora de la que se trate.

Aunque cada día hay más información sobre nutrición en general, lo cierto es que, desde el propio sector, se apunta a que aún queda mucho por estudiar en lo que se refiere a la cronobiología de los diversos nutrientes.

Primera ingesta del día: carbohidratos integrales

Respecto a los tipos de hidratos de carbono, ¿realmente importa? Según los especialistas es muy importante la variedad concreta que ingerimos, ya que no son los mismos hidratos los que deben ingerirse a unas y otras horas del día.



A la hora del desayuno, son prioritarios los carbohidratos integrales. Con esta comida se enfrenta la etapa del día de mayor demanda energética. Por otro lado, se recomienda acompañar a los hidratos de carbono con algunas proteínas, ya que éstas estimulan la secreción de una hormona conocida como glucagón, que atenúa los efectos del pico de insulina que tiene lugar cuando se toman los hidratos de carbono solos.

¿Y a la hora de entrenar?

Otro momento del día en el que tienen que estar presentes los carbohidratos es justo antes de entrenar, o incluso mientras se hace. Frutas, copos de avena o barritas de quinoa son alimentos apropiados por sus altos niveles glicémicos. Lo mejor es consumirlos aproximadamente media hora antes de empezar a entrenar.

Una vez termina el entrenamiento, los expertos aconsejan la ingesta de proteínas, para la recuperación muscular. Estos nutrientes aportan a los músculos los aminoácidos esenciales que el propio cuerpo no puede fabricar por sí mismo.

Y a menos sol, más grasas

A partir de las seis de la tarde, se recomienda que aumente la ingesta de grasas, por más que esto pueda resultar sorprendente. Se trata de la fase del día que algunos especialistas llaman “de recuperación”, y en la cual adquieren de nuevo especial protagonismo las proteínas, esta vez junto a las grasas, para la reparación celular.

Estas grasas deben ser, en la medida de lo posible, mono o poliinsaturadas, es decir, las que se encuentran en el aceite de oliva, las semillas, los pescados y los frutos secos, reduciendo la cantidad de grasas saturadas. También es recomendable incluir todos los nutrientes en cada comida, acompañando la ingesta principal de proteína con una pequeña cantidad de carbohidratos.