La inseparable trinidad necesaria para una buena salud

Los pilares para una buena salud

Si nos atenemos a la trinidad básica para conseguir y mantener una buena salud, todo el mundo sabrá que se compone de alimentación, ejercicio y descanso. Tres actitudes que debemos saber implementar en nuestro estilo de vida antes de que sea demasiado tarde y nuestro organismo ya no pueda recuperarse del continuo desgaste que conlleva vivir en las sociedades industrializadas.

La alimentación

Es un horror lo que estamos comiendo y no somos conscientes de ello. El daño que los alimentos procesados, los excesos en azúcares y sales, las grasas saturadas y otras muchas sustancias hacen a nuestro organismo son realmente terribles, provocando enfermedades como la obesidad, diabetes, osteoporosis, infertilidad, tiroides, reducción de las defensas, hipertensión e incluso cáncer.

Los alimentos que deberíamos comenzar a tomar para que nuestra salud se mantenga firme ante los embates de esta sociedad de consumo, que prefiere enriquecerse en lugar de ofrecer productos sanos y naturales, son todos aquellos que hayan sido cultivados sin pesticidas ni fertilizante químico alguno, como son los alimentos orgánicos que, por otra parte, no deben haber sido manipulados genéticamente en ningún caso.

En relación a los animales, debemos en principio reducir su consumo, pero, además, no deberán haber consumido durante su desarrollo hormonas del crecimiento u otros fármacos y en sus envases no deberían llevar en la composición ningún elemento artificial, ni siquiera conservadores. Los productos cuantos más frescos mejor y que no hayan sido criados en granjas industriales, preferiblemente respetando el entorno, al igual que lo haría la propia naturaleza, que hayan sido criados siguiendo una manera sostenible y actuando positivamente sobre la producción local.

Son muchas las cosas que podemos hacer para mejorar nuestra alimentación al tiempo que cuidamos y protegemos el medio ambiente, y es una decisión exclusivamente nuestra, comencemos por aquí.

El deporte

Continuemos por lo que más nos cuesta a la mayoría. Y es que hacer ejercicios de manera continuada, practicar algún deporte, apuntarse a un gimnasio requieren un esfuerzo innegable por parte de aquellos que no estamos habituados a movernos, aquellos de nosotros que nos hemos vuelto completamente sedentarios, que pasamos 8 horas sentados frente al monitor, algunos minutos conduciendo y otras tantas horas viendo la televisión.

Y es que es ese sedentarismo, junto a los niveles de polución que sigue aumentando en nuestras ciudades, lo que produce enfermedades tan comunes como la obesidad, la diabetes, la fibromialgia, enfermedades metabólicas como el colesterol, enfermedades psicológicas como la depresión, enfermedades cardiovasculares, y también, cómo no, el temible cáncer.

Así que tenemos que hacer el esfuerzo de comenzar a ejercitarnos, pues una vez adquiramos la rutina del ejercicio diario ya no habrá quien nos pare, el esfuerzo solo hay que realizarlo al principio, y si somos de los que no nos gusta salir de casa para practicarlo, no tenemos de qué preocuparnos, puesto que montar un gym en casa es posible y no demasiado caro.



En el siguiente enlace podemos adquirir un buen surtido de aparatos de gimnasia para casa. Sin hacer un desembolso excesivo de dinero, podremos tener máquinas de gimnasio para el hogar que nos mantengan sanos y activos por muy poco, con ventajas como la de ejercitarnos cuando queramos, sin tener que depender de traslados ni horarios, sin la incomodidad del culturista mirándonos de reojo, sin respirar los sudores del que acaba de abandonar el banco de pesas, etc.

Lo importante es no abandonar en los primeros meses, que son los más duros, por eso es aconsejable ir progresivamente, a nuestro propio ritmo, sin cansarnos en exceso. Una buena decisión es practicar algún tipo de deporte con amigos, algo que te haga pasar un buen rato entre risas y buena compañía, pues de este modo te estarás ejercitando sin darte cuenta.

Verás como en poco tiempo comenzarás a sentir mejoras, tanto las evidentes físicas, como que no te cansas, pierdes peso y te sientes más ágil y fuerte, como psíquicas, concentrándote más y mejor, aumentando tu creatividad y siendo mucho más feliz, pues como todos sabemos, el ejercicio físico favorece la producción de endorfinas, las conocidas como hormonas de la felicidad.

El descanso

Por último, el descanso, la parte de nuestro cuidado que merece más atención de la que solemos darle, pues la mayoría de nosotros cree que simplemente con echarnos sobre una cama y cerrar los ojos ya estamos descansando y esto es absolutamente falso. El descanso es mucho más que dejarse caer sobre un colchón, es un proceso que tenemos que cuidar y mantener.

Para conseguir el descanso que realmente nos favorezca en nuestra salud hay muchas estrategias (aromas, música relajante, colocación del mobiliario, temperatura…) todas útiles, pero lo que es indispensable es elegir los mejores colchones, las almohadas perfectas y unas buenas bases para colchón, con este material como materia prima para el descanso a todos nos será mucho más fácil alcanzar dicho objetivo.

Y es que un sueño profundo, un verdadero y relajante descanso nocturno, no es para tomárselo a broma, no es únicamente útil para sentirnos mejor, con más energía y alegría para afrontar la rutina diaria, también mejora la concentración, la productividad y la autoestima, reduce significativamente el riesgo de contraer enfermedades del corazón, influye positivamente en el metabolismo y reduce el riesgo de diabetes, sobrepeso, depresión y estrés. Así mismo, refuerza el sistema inmune y mejora las emociones y nuestra relación con los demás.

Por el contrario, dormir menos de 7 o 9 horas diarias o dormirlas mal, despertándonos a menudo o con un sueño ligero, tiene serias repercusiones negativas para nuestra salud y, como es lógico, los primeros síntomas serán la fatiga y la falta de energía, pero si este problema persiste llegaremos a tener problemas para hablar, disminuirá nuestro tiempo de reacción, aumentará el estrés y los niveles de ansiedad, tendremos frecuentemente mal humor, también disminuirá significativamente la creatividad, y es que la falta de sueño de forma prolongada en el tiempo afecta negativamente a algunas funciones del cerebro al igual que lo hace una intoxicación alcohólica.

Por otro lado, nuestra piel sufrirá un proceso de envejecimiento acelerado con arrugas prematuras como primer y más claro síntoma, aumentará el riego de contraer cáncer y un derrame cerebral, así mismo, los huesos se irán debilitando progresivamente y estaremos más indefensos para contraer infecciones como las gastrointestinales.