El deporte cada vez toma una mayor importancia entre la población. Y, en este sentido, el entrenador personal surge como la figura profesional que se ocupa de enseñar, guiar y asesorar a que las personas realicen los ejercicios de forma adecuada y alcancen sus objetivos. Para ello, este profesional se encarga de analizar la estructura física de los individuos, concordar las metas que se quieren alcanzar y, en algunos casos, ofrecer una dieta equilibrada junto con el entrenamiento.
Existen varias ramas de educación física en las cuales un entrenador personal puede especializarse. Por ejemplo, el bodybuilding, el fitness, el pilates, el stretching, el running o el triathlon.
Generalmente, la figura del entrenador personal está siempre presente en un contexto que requiere de una preparación tanto física como mental. Por tanto, para llegar a ser un óptimo entrenador personal, se aconseja abordar un curso de entrenador personal en una academia especializada en el sector del fitness. De este modo, se obtendrán unos conocimientos teóricos sobre la anatomía humana, lecciones prácticas sobre el desarrollo de los ejercicios y saber planificar el mejor método para asesorar a los usuarios.
¿Cómo nace la figura del entrenador personal?
La profesión del entrenador personal ha llegado recientemente al mundo del fitness. Esta figura profesional comenzó a difundirse en sus inicios partiendo del tipo de entrenamiento y las rutinas que realizaban los famosos. A menudo, los actores y actrices de Hollywood debían afrontar rápidas transformaciones física para interpretar un personaje de una película. Este el caso de estrellas como Sylvester Stallone y Jean-Claude Van Damme. Y, para ello, recurrían al asesoramiento de un entrenador personal.
Sin embargo, hoy en día, el papel del entrenador ha tenido una importante evolución. Ha pasado de ser un simple preparador atlético a convertirse en casi un instructor de un estilo de vida más saludable. En concreto, la búsqueda del bienestar puede emprenderse de múltiples modos: desde el deseo de sentirse bien mentalmente y físicamente hasta el deseo de prevenir la aparición de enfermedades y dolencias físicas.
Por ello, el entrenador personal es tan necesario en la sociedad actual. Hoy en día, cada vez más personas realizan deporte para mantenerse en forma, reducir el número de enfermedades, disminuir el estrés y mejorar el estado físico y psicológico.
A su vez, el creciente interés por los influencers y famosos que muestran una vida más saludable y un cuerpo más en forma ha llevado a que muchas personas quieran sumarse a una vida más sana y equilibrada. En este sentido, el rol del entrenador personal se convierte también en un medio para alcanzar estos objetivos.
¿Por qué acudir a un entrenador personal?
Las ventajas de tener un entrenador personal son varias, pero principalmente pueden resumirse en cuatro puntos claves:
1. Asesoramiento deportivo
No se debe olvidar que el entrenador personal se trata de un profesional que se ha formado en el ámbito de las ciencias del deporte y de la actividad física. Por tanto, a lo largo de su formación, ha estudiado los diferentes tipos de entrenamiento y la anatomía del cuerpo humano. De este modo, proporciona un servicio de asesoramiento deportivo enfocado a mejorar el estado físico de cada persona, respondiendo ante sus necesidades y los objetivos que desea conseguir.
2. Motivación y presencia continúa
Muchas personas no tienen la motivación y la constancia para entrenar por su cuenta. Por tanto, un entrenador personal se encarga de aportar motivación y ánimos en los momentos de debilidad y renuncia, exigiendo que los individuos den el máximo durante el entrenamiento. Y, a su vez, tiene la función de controlar y analizar que los ejercicios se realizan correctamente y, además, comprobar que se siguen las pautas marcadas.
3. Alcanzar los objetivos de forma rápida y eficaz
La presencia de un entrenador personal durante los entrenamientos supone una serie de ventajas. Este profesional planifica un calendario de entrenamientos según un método científico, por lo que está enfocado en programar una rutina y unos ejercicios adecuados para que la persona consiga sus objetivos físicos. Es decir, trata de optimizar cada sesión deportiva, permitiendo un alcance más rápido y eficaz de los resultados que se buscan.
4. Mejora psicológica
Un buen entrenador personal no solo tiene la función de mejorar el físico de una persona. A su vez, también ayuda a trabajar la autoestima y la moral, aumentando la fuerza de voluntad, la constancia y la motivación. Con ello, el individuo aprenderá a llevar un estilo de vida más saludable y healthy.