Cómo mejorar el rendimiento y elasticidad de nuestras articulaciones

Aumentar el rendimiento de las articulaciones

No podemos empezar a hacer ejercicio de un día para otro sin haber preparado antes nuestro cuerpo para ello, o las consecuencias serán terribles en forma de lesión. Hacer ejercicio debería ser algo sano y saludable, pero todavía hay quien lo hace a lo loco, sin prepararse antes para ello adecuadamente.

Por eso hay que seguir una serie de pautas previas al ejercicio que nos evitarán lesiones a nivel articular sea cual sea el tipo de deporte que vamos a practicar. Y no nos referimos solo al calentamiento, tan importante como en ocasiones olvidado.

Calienta tus músculos y articulaciones

Antes de empezar a hacer ejercicio hay que activar el cuerpo y preparar nuestra musculatura para la práctica deportiva. El calentamiento es esencial en todos los deportes, y debe estar acompañado de unos estiramientos que repetiremos al acabar el entrenamiento, para descargar la musculatura de la tensión acumulada. Pero a veces no basta con estirar, así que podemos recurrir a complementos como el colágeno que contiene carticure plus, y que nos ofrece un gran número de beneficios a la hora de hacer deporte que no todo el mundo conoce.

Por ejemplo, el colágeno reduce el dolor en las articulaciones y ayuda a disminuir la inflamación que sufren: las muñecas en el gimnasio, tobillos y rodillas cuando corremos... Tendones y ligamentos ganan en elasticidad y las propias articulaciones ven mejorada su fortaleza y reforzada su resistencia.

Además, el colágeno ayuda en la transmisión de la fuerza a los músculos. De este modo, el cuerpo gana firmeza y consistencia, y la masa ósea queda protegida ya que los huesos aumentan su densidad, de forma que se reducen las posibilidades de sufrir una fractura.

Alimentación e hidratación

Son dos cuestiones esenciales a la hora de hacer ejercicio. No hace falta que desayunemos un gran plato de arroz o de pasta como hacen los ciclistas, pero sí que seguiremos una dieta equilibrada, en la que todos los alimentos tengan cabida. Hay que repartir bien las comidas a lo largo del día para no empezar a hacer deporte con el estómago lleno. Tampoco hay que hacerlo en ayunas, ya que tu rendimiento bajará notablemente al no tener el cuerpo combustible. También puede provocarte náuseas y desfallecimientos.



Nuestro rendimiento también será mucho mejor si hacemos deporte perfectamente hidratados, ya que nuestros tejidos estarán perfectamente lubricados y preparados para afrontar el esfuerzo.

Ya habrás oído en más de una ocasión la importancia de beber 2 o 3 litros de agua al día, sin tener en cuenta lo que bebemos durante las comidas, así que solo tienes que poner en práctica esa regla. Pero tampoco nos beberemos los 2 litros de golpe o un rato antes, sino que lo haremos repartiéndolos bien a lo largo del día. La hidratación es tan importante en invierno como en verano, aunque por el calor le prestemos más atención en verano.

Un plan de entrenamiento

Finalmente hay que hablar del plan de entrenamiento, que incluirá varias fases. La primera será de preparación para el ejercicio, una adquisición o recuperación de las capacidades de cada uno con las que podremos dar el máximo en la siguiente fase, cuando ya nos centraremos en el ejercicio en sí. Si no adquirimos esa base, difícilmente podremos rendir al máximo cuando hagamos ejercicio, así que según el estado físico de cada uno esta fase de preparación será más o menos corta.

Pero el plan no es solo a largo plazo, para el día a día también es necesario que contemos con un plan de entrenamiento que incluya el calentamiento, el ejercicio propiamente dicho y una parte final dedicada de nuevo a los estiramientos, relajar el cuerpo y la musculatura y volver al estado inicial. Si sigues todas estas pautas tu cuerpo te lo agradecerá, ya que tendrás el cuerpo preparado para hacer ejercicio minimizando al máximo el riesgo de lesiones o problemas físicos de todo tipo.