Llega un momento en que el cuerpo agradece más que nunca los aportes de vitaminas, minerales y nutrientes que le aportamos. Y esto sucede porque la experiencia nos ha hecho ser capaces de llevar adelante cada vez más proyectos y compaginarlos con nuestra vida personal.
Pero claro, esto tiene un precio, y es que tanta carga de trabajo nos agota. Por eso es bueno realizar ejercicio físico de manera regular, para que nuestros músculos estén en plena forma para aguantar los retos que cada día debemos afrontar. Una rutina de estiramientos diaria antes de desayunar puede resultar muy beneficiosa, así como realizar unas cuantas flexiones que activen nuestro metabolismo sintiéndonos más despiertos y en vitales.
A continuación viene quizá uno de los momentos más importantes del día: el desayuno. Y es aquí donde le daremos a nuestro cuerpo los nutrientes fundamentales para que empiece el día con buen pie. Uno de los más importantes es el magnesio, un mineral que juega un gran papel en multitud de reacciones metabólicas de nuestro cuerpo y forma parte de procesos básicos del organismo, como por ejemplo sintetizar las proteínas que nuestros músculos necesitan para crecer y estar en forma, mantener el sistema óseo fuerte y saludable y almacenar reservas de energía para reducir la fatiga que nos acecha cada día.
Además del que tomamos en las diferentes comidas del día, podemos ingerir las cantidades adicionales de magnesio que necesitamos gracias a una tacita de café enriquecida con magnesio durante tu desayuno. Así, junto a la dosis de energía que nos proporciona de por sí el café, obtenemos el magnesio que necesitamos para llegar al final del día frescos y satisfechos por la jornada que dejamos atrás.