Muchas veces habrás escuchado: “Necesito perder unos kilos de grasa así que voy a ponerme a dieta” o “En 1 mes tengo una boda así que me pondré a dieta para entrar en el vestido”. Hablamos de ellas de forma continua y como si fueran armas efectivas contra esos kilos de más pero, párate a pensarlo, ¿realmente las dietas funcionan para perder peso?
La verdad es que no.
Según este y este estudio la gran mayoría de personas pierde entre un 5% y un 10% de su peso inicial en los primeros 6 meses de la dieta. Es decir, que si tu peso inicial era de 100 kg en 6 meses podrás llegar a reducir ese peso hasta los 90 kg.
Sin embargo, 9 de cada 10 personas recuperan su peso original y no sólo eso: 7 de cada 10 personas ganan más peso del que habían perdido. En otras palabras, hacer dieta es una solución a corto plazo. Pero si lo que buscamos es constancia en los resultados y no tener que volver a preocuparnos por esos kilos nunca más parece que las dietas no son la mejor opción.
El problema con las dietas no es que no funcionen como un plan a largo plazo para perder peso. Es que además tienen varios efectos negativos que pueden afectar directamente a nuestra salud:
- Relaciona el peso ideal que queremos alcanzar con una lucha con nuestro interior.
- Puede crear problemas alimenticios como bulimia, comida emocional, etc
- “Lo que se resiste persiste” Así que al eliminar un alimento de nuestros hábitos de comida seguramente tengamos antojos por el mismo alimento o similar.
Sabiendo esto, ¿por qué las personas nos ponemos a dieta? La respuesta es bien sabida por el mundo de la psicología. Los seres humanos buscamos placer inmediato. De hecho al enfrentar un pequeño placer ahora mismo y un gran placer dentro de 3 meses lo más probable es que la persona elija la opción de placer inmediato.
Este principio psicológico lo utilizan efectivamente las dietas para prometernos unos resultados espectaculares en un breve periodo de tiempo. De esta forma nos centramos en el momento presente sin tener en cuenta que, aunque requiera un poco más de tiempo, otras alternativas nos pueden traer los mismos resultados (sino mejores) sin las efectos secundarios negativos de las dietas milagro.
Así que si estás considerando perder peso no recurras a un arreglo momentáneo de la situación y trata de pensar más allá del futuro inmediato, mirando hacia tu salud a largo plazo.