¿Qué es mejor para adelgazar, correr rápido o correr lento?

Cómo correr para quemar más calorías es una de las preguntas habituales que se plantean los runners. Éste es un deporte aeróbico, ideal para mantenerte en forma y eliminar grasas, pero, según cada caso, correr más rápido o más lento puede ser determinante si el objetivo es la pérdida de peso y la quema de grasas.

¿Correr rápido o despacio ayuda a bajar de peso?

No siempre correr a máxima velocidad es lo más recomendable para quemar todas las calorías posibles. El running implica una intensa actividad cardiovascular que reporta múltiples beneficios y también supone poner a trabajar todos los grupos musculares de nuestro cuerpo, con especial incidencia en los que forman el tren inferior. Si practicas running con regularidad, eliminar kilos está garantizado, pero el ritmo de carrera, más ligero o más pausado, influye a la hora de obtener mejores resultados en menor tiempo.

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Para poder dar respuesta a la pregunta de si debes correr rápido o despacio para adelgazar, hay que tener claras una serie de consideraciones:

Desde que iniciamos una actividad aeróbica, empezamos a gastar energía para poder desarrollarla, pero nuestro organismo solo “tira” de las grasas acumuladas transcurridos al menos 20 – 30 minutos desde el inicio de esa actividad, en este caso, la carrera. En este sentido, correr lento durante más tiempo, resultará más efectivo a la hora de adelgazar que hacerlo a toda velocidad durante solo unos minutos.
El nivel de entrenamiento es fundamental para determinar si es mejor correr lento o rápido para adelgazar. Hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo es una maquinaria perfecta, que se adapta en poco tiempo a las exigencias de una determinada situación. Un principiante corriendo a velocidad media, probablemente gastara más calorías corriendo al mismo ritmo que otro con un nivel superior de entrenamiento. Lo ideal, por tanto, es empezar corriendo a ritmo lento-medio y solo cuando compruebes que esa velocidad de carrera ya no supone pérdida de peso, deberás incrementarla o probar a combinar el ritmo pausado con intervalos de alta intensidad.
Unos minutos de carrera veloz exigen máximo esfuerzo. En esos momentos, tus músculos trabajan a tope y necesitarán un periodo de recuperación más prolongado que si corres a ritmo suave. Un sprint final, implica que el gasto calórico continuará una vez finalizada la actividad (periodo EPOC), algo que incide directamente en una mayor pérdida de peso.

¿A qué velocidad correr para perder más peso?

Tienes que conjugar todas las variables expuestas para establecer tu mejor ritmo de entrenamiento de running, determinando la velocidad y sus posibles cambios para sacar el máximo partido a tu esfuerzo. Si eres principiante y no sabes si caminar o correr para adelgazar, empieza a correr a ritmo moderado hasta que aguantes sin problemas 30-40 minutos corriendo. Empezarás a notar una pérdida de peso evidente y solo cuando detectes “estancamiento”, modifica tu entrenamiento aumentando y cambiando la velocidad y la zancada para lograr una mayor quema de grasas.

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Correr más deprisa o más despacio depende de múltiples factores, desde tu propia constitución y tus preferencias, hasta tu nivel de fortaleza y resistencia. Te proponemos tres opciones para que adelgaces haciendo running.

LISS. Es una novedosa manera de entrenar aplicable a distintos deportes aeróbicos. En el caso del running, consiste en correr más tiempo, al menos una hora, pero a ritmo lento, manteniendo un nivel de esfuerzo constante y uniforme. La quema de calorías extras está comprobada.
HIIT. Es el entreno que incluye intervalos de alta intensidad. Es especialmente recomendable para corredores que ya cuenta con un grado de entrenamiento importante. La idea es introducir unos minutos de alta velocidad en una carrera que alterne el ritmo lento y el trote. Aprende a mejorar tu técnica de sprint, ya que un sprint final es perfecto para prolongar en el tiempo la quema de grasas y la pérdida de kilos.
Incluye cuestas. Esta opción es similar a la anterior pero no se basa en la velocidad sino en la dificultad del recorrido. Para adelgazar más mientras corres, haz parte del trayecto en cuesta y el gasto calórico podría llegar a duplicarse en ese tramo.