Una melodía adecuada puede contribuir a la relajación pero decidir hacer yoga con o sin música, siempre es una cuestión muy personal. Hay quien afirma que la música distrae y dificulta la concentración, mientras que otros la consideran una buena herramienta para alcanzar la meditación. Conoce los pros y contras del yoga con música y decide.
Respirar de manera lenta y pausada, realizar posturas y movimientos específicos (asanas), tomar consciencia del propio cuerpo mientras liberamos el estrés y las tensiones… Son técnicas y objetivos de esta práctica oriental milenaria que cada día cuenta con más adeptos en todo el mundo. Los grandes maestros del yoga aseguran que la música puede ser un excelente complemento, pero siempre va a depender de cada persona y de cómo sea su respuesta ante el estímulo sonoro.
En general, una suave melodía ayuda a la relajación, pero a la hora de meditar puede convertirse en una distracción que dificulte ese viaje hacia el interior que supone el yoga. Antes de decidir si entrenar con o sin música, es conveniente que barajes todas las posibilidades y prestes atención a sus principales ventajas y desventajas.
¿Qué música elegir para practicar yoga?
Existen distintas modalidades de yoga y algunas son especialmente idóneas para practicarlas con música si te apetece. En las variedades que implican un mayor movimiento, como el Hatha Yoga o el Yoga Dinámico, la música en general es un buen complemento que hace que ese movimiento continuado se realice con mayor fluidez y armonía. También hay personas que, escuchando determinados sonidos a modo de mantra, les resulta más fácil desconectar de todo lo que les rodea y profundizar en la meditación.
Sea cual sea la modalidad que hayas elegido, si quieres acompañar la sesión de yoga con música debes tener claro que no vale cualquier melodía. A la hora de elegir música para hacer yoga, ten en cuenta:
- El primer objetivo de la música en el yoga es ayudar a la relajación. Los sonidos estridentes o demasiado pegadizos no logran este fin. Ya sabes, ni rock duro, ni la canción del verano.
- Mejor sin letra. La letra de una canción dirigirá, sin que te des cuenta, los pensamientos de tu mente y resultará muy difícil centrarte en escuchar tu respiración dejando atrás todo lo que no sea tu propio mundo interior.
- Música suave, instrumental, con cadencias que se vayan repitiendo y ayuden a la relajación física y mental (tipo chillout o new age) son las más adecuadas, junto a aquellas melodías que incluyen sonidos relacionados con la naturaleza: el transcurrir del agua de un río, el mar, el trinar de los pájaros, el viento entre las hojas…
Cómo escuchar música mientras haces yoga
¿Quieres elegir canciones motivadoras para entrenar y practicar yoga? La mejor manera de descubrir si te va bien o no hacer yoga con música es probar y comparar el resultado de tu sesión en cada caso. Si quieres practicar con una melodía, ten en cuenta algunos consejos para disfrutar del yoga acompañado de música:
1. Haz tu propia banda sonora con antelación.
La música nunca debe suponer una interrupción de tus movimientos y posturas. Parar la práctica para buscar una canción determinada, arruinará cualquier intento de relajarte y meditar.
2. Controla el volumen
Puedes escuchar la música que te apetezca con auriculares, para sumergirte totalmente en el sonido, o bien dejarla de fondo para que inunde todo el ambiente que te rodea, pero, en cualquier caso no debe estar demasiado alta para que no adquiera un protagonismo exagerado.
3. El ritmo de la melodía debe acompañar las distintas etapas de una sesión de yoga
La música debe ir cambiando y adaptarse a tu práctica del yoga. Como idea general, debe empezar muy suave y calmada, para ayudarte a respirar lento y profundo mientras inicias la relajación. En un segundo estadio, puede volverse algo más dinámica y alegre, para llenarte de energía positiva, y para terminar, nuevamente debe recuperar una cadencia más lenta, para finalizar la sesión con la máxima sensación de relajación.
