Si has empezado a hacer ejercicio con idea de perder peso y para tu sorpresa, la báscula dice que has ganado unos kilos, ¡no te asustes!, es algo totalmente normal y temporal. Te contamos los motivos por los que aumentas de peso cuando comienzas a entrenar, a continuación.
Pocas cosas pueden causarte más desánimo que ver que tu esfuerzo no produce los resultados esperados. Muchas personas abandonan el gimnasio antes de tiempo porque ven que, lejos de adelgazar, el ejercicio les hace aumentar de peso. Si esto te ocurre, no creas que tienes el metabolismo al revés o que no estás trabajando bien. Subir de peso en las primeras semanas de entrenamiento es habitual y, además, es algo bueno, porque indica que tu cuerpo está respondiendo, como debe, al ejercicio. Conocer las causas de ese incremento de peso, que no te explicas pero que refleja la báscula sin margen de error, hará que estés mucho más tranquila en esos primeros meses de entrenamiento.
¿Por qué peso más que antes de empezar a entrenar?
La explicación por la que subes de peso aunque hagas ejercicio, que puede inducirnos a tirar la toalla y a renunciar a nuestro objetivo, es bastante sencilla si tenemos en cuenta varios factores:
- Nuestro organismo necesita un periodo de adaptación para pasar de una vida sedentaria a otra en la que el deporte se convierta en una práctica habitual. En ese periodo, la asimilación de nutrientes y el consumo energético varían de manera notable para adecuarse a la nueva situación y pueden producirse desajustes temporales provocados por el propio cambio en el ritmo de vida.
- El desarrollo de la musculatura implica un aumento de peso. Especialmente si en primeros meses de entrenamiento incluyes sesiones de fuerza, probablemente ganarás unos kilos, porque esos músculos que estás desarrollando pesan más que los que tenías antes de empezar a hacer ejercicio. Con tus entrenamientos, comenzarás a perder grasa, por lo que te verás más esbelta, pero la báscula no refleja una pérdida de peso por la ganancia de masa muscular.
- Cambios en la dieta. Cualquier incremento en la actividad física implica un necesario aumento de la ingesta de líquidos. El agua no solo es imprescindible para que puedas hidratarte y reponer los electrolitos perdidos a través del sudor, sino también para que tus músculos crezcan. Los músculos se “alimentan” de agua, la retienen y ésta, también tiene un peso que no debemos olvidar.
Cómo controlar la subida de peso en los primeros meses de entrenamiento
Al hablar de ejercicio y aumento de peso hay que hacer algunas consideraciones. En primer lugar, no todas las personan ganan kilos al iniciarse en el deporte ni lo hacen en la misma proporción.
Sumar un par de kilos en los primeros meses de entrenamiento es normal por las razones comentadas, pero transcurridas 8 -12 semanas, el ejercicio debe traducirse en pérdida de peso. Si esto no sucede, puede que el problema esté en una dieta que no es la adecuada. Para lograr adelgazar, el saldo energético siempre ha de ser negativo, es decir, debes gastar más calorías de las que ingieres a diario. Si al empezar a hacer deporte incrementas en exceso la presencia de hidratos de carbono y grasas en tus menús (el deporte despierta el apetito), el aumento de peso no será “culpa” del desarrollo de tus músculos, sino de las calorías de más.
Si sigues una dieta saludable y variada, combinas ejercicio aeróbico y de fuerza y respetas los periodos de descanso después de hacer ejercicio, no debes preocuparte por no perder peso en los primeros meses de entrenamiento. Tu cuerpo está regulando su propio metabolismo para dar respuesta a las nuevas necesidades nutricionales y energéticas y tus músculos están ganando fuerza y volumen. Todo va bien. Solo tienes que continuar con constancia y un poco de paciencia. Así, en unos meses, comprobarás los buenos resultados de tu esfuerzo.
