¿Es bueno hacer ejercicio descalzo?

Hacer ejercicio descalzo

Dejar las zapatillas y probar a correr o saltar sin calzado alguno es una opción por la que apuestan cada vez más deportistas, pero si te apetece probar a ejercitarte descalzo ten en cuenta que hacerlo tiene sus pros y sus contras y que no siempre es una buena idea.

Como ocurre con casi todo, también en este tema hay opiniones diversas. Algunos señalan, con razón, que caminar sin calzado es la manera más natural de hacerlo (no nacemos con zapatos), pero nadie puede poner en duda que existe un riesgo evidente de pisar cualquier cosa con la que pudieses hacernos daño y acabar con una herida en la planta del pie.



A pesar de este posible peligro, los expertos apuntan a que andar sin zapatos aporta múltiples beneficios y es, además, la mejor manera de realizar la pisada correctamente, es decir, apoyando primero la parte delantera del pie (no el talón). Caminar por la arena de la playa o por el césped que crece en tierra blanda no solo es una experiencia agradable sino una manera de recibir un suave masaje muy beneficioso para músculos y articulaciones, pero otra cosa es hacer ejercicio descalzo, especialmente si hablamos de actividades aeróbicas de alto impacto.

¿Qué ejercicios puedes practicar descalzo?

Actualmente tienes modelos de zapatillas específicas para la practica segura de distintos deportes. Este tipo de calzado está diseñado pensando en lograr la máxima protección y estabilidad del pie. Refuerzos laterales y en los talones para evitar torceduras o esguinces, cámaras de aire para amortiguar el impacto contra el suelo, tejidos flexibles que permiten una óptima transpiración… Además, pensando en aquellos que prefieren hacer deporte descalzos, han surgido, en los últimos años, nuevas líneas de calzado  “minimalista” como los novedosos barefoot (pies desnudos), casi tan ligeros como unos calcetines.  Con tantas opciones disponibles conviene sopesar si realmente lo mejor, en todos los casos, es practicar ejercicio descalzo. 

Aunque como hemos dicho, hay opiniones para todos los gustos, en general, entrenadores personales y fisioterapeutas coinciden en que determinadas actividades físicas mejoran notablemente si se realizan dejando nuestros pies en contacto directo con la superficie, mientras que otras siempre requieren el zapato adecuado. Algunos ejemplos:

  • En disciplinas como el yoga, el pilates o el Tai chi, que combinan el ejercicio físico de mínimo impacto con la relajación/meditación, el hecho de realizarlas sin calzado resulta muy favorable. Se hacen en un espacio concreto y, en principio, seguro (un gimnasio o sala o bien al aire libre en una playa o jardín) y además, los pies se mueven con mayor libertad y flexibilidad, permaneciendo en contacto directo con el suelo y favoreciendo cada uno de los movimientos y posturas.
  • Running. Correr requiere un calzado apropiado que proteja la musculatura y las articulaciones no solo del tren inferior, sino también de la espalda, especialmente de la zona lumbar. Un entrenamiento de running o una sesión de Body Combat, Body Pump o cualquier otro deporte que implique elevarnos y caer con todo nuestro peso sobre los pies, exige unas zapatillas con buena amortiguación que minimice el impacto. Realizar estos ejercicios descalzos implica más riesgos de lesión que posibles ventajas. Si quieres disfrutar de correr sin zapatillas recuerda que es importante hacerlo por una superficie apropiada, preferiblemente plana, sin desniveles o cuestas que exijan un esfuerzo extra a unos pies desnudos sin la más mínima protección.

Como consejo, es preferible hacer ejercicio llevando el calzado adecuado según cada actividad. Unos tobillos protegidos, unos refuerzos laterales que eviten cualquier desplazamiento no deseado del pie y una amortiguación, que evite daños especialmente en los talones, pueden salvarte de más de una lesión a la hora de practicar tu deporte favorito. Aún así, dejar que nuestros pies “respiren” caminando descalzos por un lugar exento de peligros es una práctica relajante y beneficiosa que deberíamos hacer más a menudo, siempre bajo la recomendación de un entrenador personal cualificado.

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Sobre el autor

Mariola Báez

Redactora y editora profesional, no entiendo mi vida sin el deporte. Siempre dispuesta a conocer nuevas disciplinas y a invertir mi tiempo en mis dos grandes pasiones: el yoga y el running.


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