Para algunos deportistas, la música es parte esencial del entrenamiento, mientras que para otros, es algo que no tiene importancia o que incluso puede resultar molesto. Escuchar música mientras haces ejercicio es una opción personal que, como casi todo, tiene sus ventajas pero también algún inconveniente.
Correr o montar en bicicleta con los auriculares puestos o llevarlos en el gimnasio mientras entrenamos es una práctica muy habitual. Una música bien elegida puede ayudar a aumentar la propia motivación, pero también se puede convertir en un elemento que nos distraiga haciendo que el ejercicio pierda efectividad.
Música y entrenamiento: ¿buena o mala combinación?
Cada persona es un mundo y lo que a unos les va genial a la hora de elegir canciones motivadoras para hacer ejercicio puede ser, para otros, un inconveniente. Analiza los pros y contras de entrenar con música y decide tú misma:
- La música produce efectos evidentes y casi siempre afecta, de un modo u otro, a nuestra propia motivación. Una melodía potente y llena de energía puede hacer que entrenemos con más ganas que nunca y, en cambio, otra, tal vez algo melancólica, puede provocar lo contrario, es decir, que nos vengamos abajo y que las mancuernas nos pesen el doble. Si te gusta hacer ejercicio escuchando música opta por canciones que te animen y acompañen en la actividad física, pero que no tengan demasiado significado para ti. Estás haciendo deporte, la música siempre ha de ocupar un plano secundario.
- Los ritmos también son importantes para que la melodía ayude y no entorpezca la actividad principal. Sin darnos cuenta, corremos más deprisa o más despacio según la música que estemos oyendo mientras pedaleamos o practicamos running y hay que recordar que el ritmo de entreno debes marcarlo tú y no una música determinada.
- Entre los pros de la hacer ejercicio con música es evidente que de esta manera la actividad resulta más amena y divertida, sobre todo si hablamos de un entrenamiento largo que puede resultarte algo monótono por tener que realizar múltiples repeticiones de un mismo ejercicio. Con música s hará más llevadero e incluso puedes llegar a sentirte menos cansada y con más energía a la hora de ejercitarte una hora o más tiempo. Hasta aquí, la música supone una ventaja, pero si esa sensación de "menos esfuerzo" provoca un sobre entrenamiento o una lesión por tu excesiva motivación, la música pasa a convertirse en un sobre estímulo y en un inconveniente.
- Si practicas deportes al aire libre, debes ser consciente de que llevar unos auriculares con la música a todo volumen puede resultar peligroso si te abstraes absolutamente de cuanto te rodea. ¡Ojo con el tráfico si corres con tus “cascos”!
Cómo escuchar música mientras haces deporte
Si te encanta oír tus melodías favoritas mientras entrenas en casa o en el gimnasio, no tienes por qué renunciar a hacerlo. Basta con tener en cuenta algunos sencillos consejos para sacar partido a las ventajas de ejercitarte con música:
- En primer lugar, haz tu selección musical antes de empezar la rutina de ejercicios. No tiene ningún sentido interrumpir constantemente tus ejercicios para buscar una determinada canción. Si esto te pasa con frecuencia, es mejor que dejes la música para otro momento.
- Intenta que la música te acompañe en tus movimientos con un ritmo concreto que te resulte cómodo de seguir. De manera inconsciente, intentarás sincronizar tus ejercicios al ritmo de la melodía, por lo que debes tener en cuenta este detalle a la hora de seleccionar tu repertorio.
- En el gym, la música puede ayudar a crear un ambiente más ameno y agradable pero su volumen debe ser moderado (salvo que se trate de una clase en común y el monitor decida lo contrario). Si llevas puestos tus auriculares mientras entrenas, recuerda no llevar la música muy alta porque con el tiempo, los que podrían acabar seriamente lesionados no son tus músculos, sino tus oídos.