Un embarazo sin stress
Las dolencias que padecen las madres durante el embarazo, afectan en mayor o menor nivel al bebé. En este caso, el stress no es una excepción. Se sabe que el stress es una hormona que tiene un efecto positivo a largo plazo pero negativo cuando se prolonga innecesariamente
Estas hormonas se filtran al feto a través de la placenta. Diversos estudios han señalado que es en el útero de la madre, cuando el ser humano se encuentra más susceptible a los estímulos externos.
Hay diferentes factores que posibilitan el stress durante el estado de gestación como el esfuerzo físico, los cambios emocionales y las pruebas y chequeos constantes a los que se ve expuesta la futura madre. Además siempre existe la preocupación tácita por la salud de su bebé.
Pruebas psicológicas recientes han señalado que la ansiedad en las mujeres embarazadas aumenta significativamente cuando se les realizan pruebas tipo la amniocentesis, que determina si el niño sufre de síndrome de down o alguna otra anomalía que aconseje aborto. Una alimentación adecuada, tranquilidad emocional y masajes prenatales, son elementos ecensiales para evitar los cuadros de tensión.
