Ver a un grupo de personas en un parque o en una playa realizando movimientos lentos al unísono ya no es algo que nos sorprenda. Practican Tai Chi, un arte marcial milenario con propiedades terapéuticas, que gana adeptos año tras año. Si quieres iniciarte en la llamada "meditación en movimiento" esto es lo que debes conocer para tu primera clase de Tai Chi en grupo.
El Tai Chi busca la salud y el bienestar físico y mental a través de la concentración, la relajación y el control del cuerpo que se mueve de manera pausada y global. No es un deporte, aunque implica un trabajo físico importante, pero si tu objetivo es únicamente mantenerte en forma, tal vez te convengan otras opciones. Iniciarse en el Tai Chi no siempre resulta sencillo. Sus beneficios son múltiples, pero no se alcanzan en una primera sesión.
Son muchas las personas que empiezan a practicar Tai Chi desde cero y lo dejan porque quieren resultados inmediatos, pero la mayoría se mantiene en su propósito porque, desde el primer momento, notan que algo empieza a cambiar tanto en su cuerpo como en su interior. Si descubres las bases de una primera clase de Tai chi, verás cómo este arte de la China milenaria “engancha”.
Consejos útiles para empezar a practicar Tai Chi
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Enfréntate a tu primera sesión sabiendo que el Tai Chi se aprende y la única forma de hacerlo es practicándolo. No te preocupes si las cosas no salen a la primera. Es normal. Tan importante como la realización de los movimientos es tu propia actitud. Además, ten en cuenta los siguientes consejos para empezar a hacer Tai Chi que te presentamos:
1. Ejercicio físico. El Tai Chi es un conjunto de técnicas precisas para realizar movimientos pausados pero constantes. A nivel corporal, es un “entrenamiento” duro, porque muchas de las posturas se realizan con las piernas flexionadas. Acabar con unas agujetas considerables es lo más lógico. No te desanimes. La tensión física irá, poco a poco, desapareciendo a medida que el movimiento fluya de manera natural.
2. “Parafernalia”, la justa. Para tu primera clase de Tai Chi, necesitas muy poco. Ropa y zapatillas cómodas y estar dispuesta a seguir las indicaciones del profesor con espíritu positivo. Da igual que lo practiques en un espacio abierto o en un gimnasio, en cualquier caso no es necesario un “equipamiento oriental” (kimono, cinta en la frente, camiseta con símbolos chinos…) ni tampoco una música concreta… la relajación y el descubrimiento personal no dependen de nada de eso.
3. Aquí y ahora. Es el gran secreto. Al igual que si asistes a tu primera clase de yoga, desde tu primera clase de Tai Chi intenta concentrarte en el ejercicio que estés haciendo, sin pensar en el pasado ni estar con la cabeza en el futuro, dándole le vueltas a lo que tienes pendiente en cuanto termine la sesión.
4. No te cortes. Sobre todo si haces Tai Chi al aire libre, en las primeras sesiones puedes sentir algo de reparo si quien pasa y se queda mirando. Céntrate en lo que estás haciendo. El movimiento es lo que importa. Da igual que no te salga bien (estás empezando), pero haz esos movimientos con amplitud, con libertad, disfrutando del entorno y de cada nuevo paso. Si miran, pues que miren. Por otra parte, pregunta a tu profesor cualquier duda y pide ayuda si la necesitas. Aunque el ambiente de relajación y meditación invita al silencio, no está prohibido hablar en una clase de Tai Chi, sobre todo si es de las primeras.
5. Respiración. Al igual que en el yoga, el control de la respiración es uno de los pilares de esta disciplina. Céntrate en ella porque te ayudará a relajarte y a lograr que los movimientos fluyan. Respira profundamente y de manera continuada para llenarte de energía positiva y tomar consciencia de tu propio cuerpo.
6. Tómate tu tiempo. Cuando empieces a practicar Tai Chi, aparca las prisas y el estrés. Movimientos suaves, lentos y relajados son la base. No lo conseguirás a la primera pero ten un poco de paciencia. Si lo haces, los beneficios del Tai Chi no tardarán en llegar y a esas primeras clases, seguirán muchas más.
