Para la correcta realización de abdominales no nos vale con tumbarnos en el suelo y subir y bajar como si fuésemos un muelle. Hay que concentrarse en lo que estamos haciendo. Es lo que muchos llaman la conexión mente-músculo. Debemos concentrarnos en el movimiento para poner en tensión un mayor número de fibras musculares.
Tenemos que hacer entre 15 y 20 repeticiones, siempre sintiendo que realmente los músculos nos queman en estas cinco últimas. Si es así, es que estamos haciendo bien el ejercicio.
Los movimientos han de ser cortos, pero controlados, intensos y precisos. Lo importante no es cuántos abdominales hacemos, sino la calidad de estos.
Tipos de abdominales
Existen dos tipos de movimientos, unos para trabajar los abdominales superiores (cuando levantamos el torso) y otros para los inferiores (cuando subimos las piernas). En ambos casos hay que tener en cuenta algunas cosas:
- Antes de comenzamos, relajamos las caderas y empujamos fuerte la parte inferior de la espalda hacia el suelo.
- Los abdominales los contraemos hacia dentro, empujando el ombligo hacia la columna vertebral. Contramos la respiración.
- Inspiramos aire antes de realizar el movimiento y espiramos despacio a medida que vayamos contrayendo los abdominales hasta llegar a la posición alta.
- En la posición alta, aguantamos dos segundos antes de emprender la bajada para volver a la posición inicial.
- A medida que vayamos bajando, seguimos contrayendo los abdominales, pero controlamos el movimiento: nada de dejarnos caer ni relajarnos.
- Un buen deporte para empezar a hacer abdominales es el GAP.