Una sesión de cromoterapia sigue algunas pautas específicas, que tienen como objeto, aprovechar al máximo las propiedades terapéuticas de este tratamiento.
Se recomienda llevarla a cabo en una habitación completamente blanca, de manera que no interfiera con los colores que se han de utilizar. El paciente debe contar con el mínimo de ropa o vestido con tejidos naturales, como la seda blanca.
Para la aplicación de la terapia se utilizan botellas de cristal de colores, o en su defecto, botellas envueltas con papel celofán de colores, llenas de agua.
Las botellas se deben dejar al sol durante cuatro horas, antes de que el agua sea ingerida por el paciente o vertida sobre determinadas partes de su cuerpo. En algunos spas se realiza la cromoterapia, por medio de duchas especialmente acondicionadas.
Es deseable que la terapia se desarrolle por la mañana y en ayunas. El tratamiento comprende un mínimo de 15 días, por espacio de media hora cada sesión.