Ventajas del aceite acalórico para la salud y los deportistas

Aceite acalórico para tu dieta

¿Alguna vez has oído hablar del aceite acalórico? Se trata de una combinación de aceite de oliva con aceite de parafina que destaca por su escaso contenido calórico, de ahí que también se conozca como aceite hipocalórico. Un inconveniente del aceite de oliva es la gran cantidad de grasas que nos aporta, que no siempre casan con nuestro objetivo de perder peso, así que si estás siguiendo una dieta hipocalórica pero te cuesta alcanzar el resultado esperado, el aceite acalórico puede ser la solución que estabas buscando.

Para hacernos una idea de la diferencia entre el aceite de oliva y el aceite acalórico, una cucharada sopera de aceite de oliva supone 135 calorías frente a las escasas 13,5 calorías de la misma cantidad de aceite acalórico. Son 10 veces menos, pero si nos vamos a las grasas nos encontramos con que el aceite acalórico nos aporta un 90% menos de grasas que el aceite que consumimos regularmente. Eso sí, hay que consumirlo siempre crudo, sin cocinarlo ni calentarlo, por ejemplo como aliño de ensaladas o añadiéndoselo a la verdura o al pescado hervido.

Beneficios del aceite acalórico para la salud

Como bien habrás deducido, la principal propiedad del aceite acalórico es que nos ayuda a reducir la cantidad de calorías que consumimos. Esta reducción calórica reduce las posibilidades de sufrir ataques cardíacos, cáncer, diabetes, enfermedades asociadas a la edad como el parkinson o el alzheimer, ayuda a disminuir el colesterol, previene las enfermedades renales y minimiza los efectos de la edad en nuestro sistema inmune. También se cree que, combinada con deporte regular como el fitness, una dieta hipocalórica alarga la vida.



Más allá de la reducción de las calorías que ingerimos, otro de los efectos positivos del aceite acalórico para nuestra salud es su función laxante. Si tienes problemas de estreñimiento, este tipo de aceite lubrica los intestinos, facilitando de esta manera la evacuación de las heces. De hecho, el aceite de parafina, uno de los dos componentes del acalórico, siempre se ha utilizado como laxante, una propiedad que conserva cuando lo mezclamos con aceite de oliva para obtener el aceite acalórico.

Si nos fijamos en los nutrientes que nos aporta, nos encontramos con que el aceite acalórico es una buena fuente de vitamina E, beta-carotenos y ácido oleico, lo que entre otras cosas contribuye a mejorar el funcionamiento del sistema circulatorio. Su consumo ayuda a regular la flora bacteriana y a la absorción de los oligoelementos, estimulando la mineralización ósea. Sus polifenoles son un importante antioxidante, y contribuye en la reducción de la liberación de jugos gástricos.

El aceite acalórico y los deportistas

Una de las claves para conseguir el mejor rendimiento es la alimentación, y aquí el aceite acalórico también juega un papel fundamental. Si practicas deporte sabrás que tienes que controlar lo que comes, así que podemos aprovechar esa reducción calórica del aceite acalórico sin perder una pizca de sabor. De hecho, su sabor es más intenso que el de otros aceites bastante comunes, como el de maíz, por lo que será el mejor aderezo para nuestras verduras, pescados hervidos o incluso carnes, dotándoles de un plus de sabor que nos ayudará a seguir una buena dieta.

Por lo demás, el aceite acalórico no tiene más misterios. Lo puedes encontrar fácilmente en tu farmacia habitual y el hecho de que no sea apto para cocinar no significa que nos tengamos que limitar a utilizarlo como aliño de ensaladas. Puedes preparar una deliciosa vinagreta con él, además de utilizarlo para una mayonesa light casera. El aceite acalórico es la piedra angular de muchas dietas hipocalóricas, así que no es de extrañar que cada día tenga más adeptos que buscan reducir el consumo calórico para quitarse esos kilos de más.