La fitoterapia es un sistema curativo que aprovecha los valores terapéuticos de las plantas. Asimismo, puede ser entendida como una ciencia, que realiza un estudio sobre los beneficios de las plantas en el organismo.
Su práctica puede ser ejercida por médicos o fisioterapeutas. Aunque no está considerada como parte de las ciencias farmacéuticas, la fitoterapia moderna se basa en el conocimiento de la farmacología, para utilizar las plantas medicinales.
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Historia de la fitoterapia
Su concepto se remonta a siglos atrás, teniendo como fundador al doctor francés Henri Lacrec, quien acuñó el término “Précis de Phytohérapie” (terapia con plantas). Lacrec sentó algunos estipulados sobre métodos referentes a la prevención y al tratamiento de patologías determinadas.
En la actualidad existen muchos laboratorios de prestigio que trabajan con plantas para la preparación de extractos estandarizados con diversas propiedades terapéuticas.
Medios de aplicación de la fitoterapia
Las plantas, mediante la técnica de la fitoterapia, pueden actuar terapéuticamente sobre el organismo, ya sea por su aplicación externa o interna. Las de uso interno, son las que están consideradas aptas para ser ingeridas con fines curativos.
Un ejemplo de ellas, son las hojas y los brotes tiernos del romero, el perejil o el apio, los cuales pueden ser incorporados a las comidas. En forma de infusiones o jarabes, se suele administrar la manzanilla y el jengibre. Generalmente, el uso interno de las plantas produce efectos más rápidos.
Las aplicaciones de carácter externo se suelen realizar por medio de cremas, ungüentos, bálsamos y aceites vegetales. Estos formatos son los más utilizados, debido a que permiten que las sustancias sean fácilmente absorbidas por el cuerpo. Dentro de los tratamientos en base a aplicaciones externas, tenemos principalmente, a los relacionados a la talasoterapia con aceites esenciales.
Entre los diversos males que pueden ser tratados bajo esta práctica se encuentran el acné, la gripe, la hipertensión, el insomnio, el estrés, la tos, las úlceras, etc.
Propiedades terapéuticas de las plantas
Desde siempre las plantas han ofrecido al hombre diversos beneficios, tanto para su salud, como para el ecosistema. La variedad de especies y sus aportes son inagotables, sin embrago, podemos reconocer algunas en particular.
El bambú es una caña exótica que se utiliza en la medicina natural por su acción regenerativa sobre las articulaciones. Su principal componente terapéutico es el silicio, que estimula la síntesis de colágeno por el tejido óseo, facilitando la reconstrucción de los cartílagos dañados por la artrosis. También, posee efectos remineralizantes que protegen de la osteoporosis.
Cuando hablamos de la lavanda, nos referimos a una planta aterciopelada de un máximo de 60 metros de altura. Su nombre en latín significa “lavar”, siendo conocida por sus cualidades aromáticas y terapéuticas. Está compuesta por diversas substancias curativas, como el linalol, el geraniol, la cumarina y los taninos.
En lo que respecta a la manzanilla, estamos haciendo alusión a una de las plantas más consumidas mundialmente. Entre sus diversos beneficios se pueden considerar el alivio del dolor de cabeza, calambres y migrañas, así como propiedades relajantes.
