La biodanza es un sistema terapéutico, que busca potenciar el desarrollo humano. Mediante ella se manifiesta la fraternidad, la energía creadora y el ímpetu vital. Su práctica se lleva a cabo de manera grupal, incentivando la integración y la sociabilidad.
De igual forma, las personas se reconectan con la naturaleza y sus instintos vitales, fomentando un reaprendizaje de las funciones originales de la vida. A través de sesiones de ejercicio, música y danza, se activa la reparación celular y la regulación global de las funciones biológicas, atenuando los síntomas del estrés y la tensión.
La experiencia, además, puede incidir positivamente, reforzando el sistema inmunológico, homeostático y afectivo – motor. La gran variedad de danzas y ejercicios que presenta la biodanza, están enfocados en potenciar cinco conjuntos específicos de la expresividad humana: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia.
Como disciplina, la biodanza es amplia y abarcativa, trascendiendo al marco de la mera comprensión intelectual.