Pasar mucho tiempo sentado en una silla sin duda puede exacerbar los problemas de espalda, en especial si la postura es incorrecta. Un famoso estudio sueco descubrió que estar sentado ejercía 34 kilos más de presión sobre la región lumbar de una persona de 70 kilos que el estar de pie. Estar encorvado no sustenta la espalda inferior, y hundir los hombros tensa los músculos del cuello y de la espalda superior. Sin embargo, sentarse de manera adecuada en una silla bien diseñada puede ayudar.
La postura en que te sientas o duermes es mucho más importante que donde lo haces. Como el cuerpo de todo el mundo es diferente -altura, pelo, largo de piernas, curvatura espinal-, las necesidades de sentarse y domir también son individuales. Encontra la silla o colchón adecuados puede requerir cierta experimentación. Sin importar el tipo de silla que elijas, intenta localizar aquella que puedas modificar para que se adapte a tu propia espalda. Una silla bien diseñada se ajusta a tu altura y puede cubirr las necesidades de tu espalda. Si duermes cómodamente en tu colchón actual, mantenlo; si no es así, primero intenta cambiar la posición de sueño. De lo contrario, es recomendable comprar un colchón distinto o usar una tabla debajo.
Cabe añadir que cualquier actividad que se realice inadecuadamente y se ejecute repetidamente, también provoca mal de espalda. Las principales son levantarse y doblarse de forma que suponga un sobreesfuerzo para la columna. Al comparar levantamientos con las sillas dobladas y levantamientos con las rodillas rectas, se ha descubierto que que el levantamiento equivocado con las piernas rectas deposita un esfuerzo adicional de 128 kilos en la columna.