Uno de los grandes debates a los que se enfrentan muchos runners es el de correr en cinta o al aire libre. ¿Qué es mejor, correr en gimnasio o en la calle? Para responder a esta complicada cuestión hay que tener en cuenta los pros y los contras de cada modalidad, y a partir de ahí podremos sacar nuestras propias conclusiones. Y si hablamos en primera persona es porque probablemente no todo el mundo saque las mismas conclusiones, lo que dificultará todavía más dar con la respuesta ideal a esta cuestión tan importante.
¿Cuáles son los beneficios de correr al aire libre?
Entre las principales ventajas de salir a correr al aire libre nos encontramos con la posibilidad de disfrutar de la naturaleza y el aire libre, lo que es beneficioso en un doble sentido. Por una parte, se consigue una mayor ingesta de oxígeno, nos costará menos respirar y ganaremos resistencia. Por otra parte, al entrenar al aire libre, el paisaje es cambiante y esa sensación de monotonía que muchas veces tenemos en el gimnasio, que puede llevarnos al aburrimiento y a la desmotivación, no suelen aparecer al aire libre. Por lo que la motivación que te brinda es excelente.
Otra de las ventajas de correr al aire libre es que nos permite quemas más calorías, aunque tampoco tantas como para que sea un factor determinante a la hora de resolver el debate correr en cinta vs. calle. El hecho de estar sujetos a condiciones climáticas adversas como el frío, el calor o el viento hacen que el ejercicio sea más intenso, de ahí que correr en la calle nos permita quemar sobre un 5% más de calorías que correr en la cinta, según apuntan diversos estudios. Claro que a veces el tiempo es más un hándicap que una ayuda.
¿Y las ventajas de correr en cinta?
En cambio, si corremos en cinta nos ahorramos esas inclemencias meteorológicas. Quizá quemes menos calorías, pero el hecho de ahorrarnos llegar a casa chorreando los días de lluvia o evitarnos las ventoleras que tanto nos molestan al correr son un plus para correr en la cinta del gimnasio. No son pocos los que practican running que se desmotivan si el tiempo no acompaña, una excusa para no estrenar que no nos vale si contamos con una buena cinta para correr, donde además nos ahorramos las interrupciones en los pasos de cebra y semáforos o tener que ir esquivando peatones.
Correr en cinta también es menos lesivo para las articulaciones, convirtiéndose en otro de los puntos a favor de la cinta. Nos ayuda a recuperar o prevenir lesiones, y seguro que no nos encontramos con ningún bache o socavón en el que meter el pie sin darnos cuenta y acabar haciéndonos una torcedura de tobillo. Este puede ser un factor clave para que disfruten del running personas con ciertos riesgos para sus articulaciones. También es posible correr en cinta para adelgazar y mantenerte en forma.
Hidratación y precauciones para correr en cinta o al aire libre
Antes de llegar a las conclusiones conviene destacar las diferencias en la hidratación y qué tipo de precauciones tomaremos en ambos casos. Por ejemplo, corriendo al aire libre tendremos que fijarnos más en cuestiones como la hidratación -el calor o la humedad aceleran la deshidratación-, y es importante ir bien protegido del sol -gafas, gorra, protector solar-, el viento o el frío -guantes, gorro, braga para el cuello, etc.-, complementos que pueden ser molestos y que nos ahorraremos en la cinta de correr.
Ahora que conoces las ventajas y desventajas de correr en cinta o en la calle solo te falta decidir qué modalidad de running prefieres. Ambas son igualmente interesantes, y se pueden combinar a la perfección. Si quieres quemar calorías, lo ideal es correr en la calle; pero en lugares donde el clima no acompaña la cinta se presenta como una alternativa muy válida que nos ahorrará las inclemencias meteorológicas. Cada uno sabrá si prefiere correr al aire libre o en cinta.
