Además de que el running se ha convertido actualmente en un fenómeno de masas, o lo que algunos consideran una moda. Esta actividad también tiene sus momentos de máximo apogeo, y no es precisamente el invierno uno de ellos.
En la época primaveral incluso con el otoño cuando el verano deja de apretar con sus altas temperaturas es común la práctica de ejercicio al aire libre, algunas personas aprovechan este estado de bienestar para iniciarse al running. Desgraciadamente también es habitual que dejen de practicarlo cuando la climatología no acompaña y sobre todo cuando comienzan las infecciones en las vías respiratorias altas. La tos, dolor de garganta incluso llegar a tener faringitis o amigdalitis.
Pero para aquellos adeptos fieles al mundo del running no es problema y es muy habitual encontrarse con corredores populares que pese a estar resfriados o con una continua tos, no dejan sus entrenamientos de lado. Se denomina coloquialmente como “tos del corredor”.
Sin llegar a profundizar en si se debe o no salir a correr en este estado, existen unas recomendaciones claras, como no exponerse a bajas temperaturas si nos encontramos mojados a causa del ejercicio realizado, evitar a toda costa que esa tos o inflamación acabe degenerando en alguna afección importante en los pulmones.
