La utilización del frío con fines terapeuticos, lo que se llama crioterapia, se ha utilizado desde tiempos remotos. Una de las técnicas de la crioterapia o "terapia de frío" son los baños fríos.
Consiste en darse un baño con el agua a una temperatura de 10º a 15º C para disminuir la actividad metabólica, reducir la hinchazón y prevenir el daño de los tejidos. Una vez fuera del agua fría, tus tejidos empiezan a calentarse de nuevo y el flujo sanguíneo se potencia, logrando una mejor recuperación de los múculos.
Es una técnica muy empleada para los corredores de largas distancias, pues ayuda a disminuir el riesgo de lesiones, y en general, tras cualquier actividad deportiva para recuperar los microtraumatismos producidos por el ejercicio.
¿Qué hay mejor que un baño bien frío después del ejercicio?...Toda una sensación!