El deporte y el ejercicio físico en general influyen en el trabajo de nuestro metabolismo. Su práctica ayuda a regular el ritmo cardiaco y la frecuencia respiratoria. Asimismo, la actividad física segrega ciertas hormonas que contribuyen a ganar mayor resistencia física y elevar el sistema inmunológico. Está comprobado científicamente que el deporte acelera el trabajo del metabolismo, lo cual contribuye a quemar más calorías y grasas en menos tiempo.